Aguascalientes.- Con base en la Encuesta Demográfica Retrospectiva (EDER), se estima que 17.8 millones de hombres de entre 20 y 54 años en México en 2017, habían tenido al menos una hija o hijo nacido vivo.
Esta cifra correspondía al 67 por ciento de la población masculina estimada para ese grupo de edad, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a propósito del Día del Padre que se festeja el tercer domingo de junio de cada año.
La paternidad es una condición cuya frecuencia aumenta entre los hombres conforme avanza su edad. Mientras sólo uno de cada cuatro jóvenes varones, de 20 a 24 años, son padres, 9 de cada diez adultos de 50 a 54 años lo son.
Transición a la paternidad en México
En el análisis de historias de vida, la llegada del primer hijo es el evento que marca en los hombres su transición a la paternidad y el inicio de su trayectoria reproductiva. De acuerdo con la EDER 2017, en general, es probable que este evento ya le haya sucedido a la mitad de los hombres a la edad de 24 años. Pero para aquellos nacidos entre 1970 y 1974, la edad mediana a la paternidad fue de 25 años.
Por su parte, en los hombres jóvenes nacidos entre 1990 y 1994 se observa una postergación de este evento, de modo que la probabilidad acumulada de haber transitado a la paternidad a los 24 años, en términos de porcentaje, es 38.6 por ciento, mucho menos de la mitad. Lo anterior puede explicarse por el aumento en el uso de anticonceptivos entre los jóvenes varones sin hijos, ya sea que el método sea usado por ellos o sus parejas.
Padres que viven con alguna hija o hijo
En México, de acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020, 21.2 millones de hombres de 15 y más años, se identifican como padres de al menos una hija o hijo que reside en la misma vivienda.
Estos padres representan a 46.9% por ciento de la población masculina en este rango de edad (45.3 millones) y su edad promedio es de 45 años. De hecho, entre los hombres de 40 a 49 años, a cerca de 7 de cada 10 se les identifica como padres de algún residente de su misma vivienda (68.9%).
En las viviendas de México donde residen hombres adultos en edades productivas (30 a 59 años), se les identifica con mayor frecuencia como padres; pero entre los hombres adultos mayores la frecuencia disminuye (50.6%).
En lo que respecta a los hogares paternos, lo anterior puede ser señal de la etapa del ciclo de vida familiar, conocida como nido vacío o postpaternidad.
Estructura por edad
Con base en la estructura por edad de los padres que residen con al menos una hija o hijo, en México se observa una mayor proporción de padres adultos de 30 a 39 años (25%) y 40 a 49 años (26%), lo que representa más de la mitad (51%) de esos padres.
Dada la estructura por edad de los hombres en México, los varones adultos de 30 a 59 años representan la mitad de la población masculina mayor de 15 años y el país cuenta con un importante número de viviendas con presencia de un padre. Esto es propio de la etapa del ciclo de vida familiar conocida como nido lleno o etapa de paternidad.
Situación conyugal
En 2020, 93.5 por ciento de los padres de familia identificados en la vivienda se encuentran casados o en unión libre, 5.9 por ciento declararon haber estado alguna vez unidos, pero en la actualidad están separados, divorciados o viudos; mientras que sólo 0.5 por ciento son padres solteros.
Características económicas
En 2020, forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA) 18.4 millones (86.9%) de hombres de 15 años y más identificados como padres en la vivienda que habitaban. De ellos, 97.4 por ciento se encontraban ocupados en alguna actividad económica, mientras que 2.3 por ciento había buscado trabajo.
Un total de 2.7 millones (12.8%) de hombres de 15 años y más, identificados como padres, se encontraban sin participación económica (Población No Económicamente Activa, PNEA). Entre ellos estaban jubilados o pensionados (5.5%), padres que se dedican al trabajo doméstico (1.6%) y padres incapacitados permanentemente para trabajar (2%). A 4.8% no se le identificó algún rol productivo o impedimento para trabajar.
Entre los padres ocupados, 70.8 por ciento eran trabajadores asalariados , 22.4 por ciento trabajaban por cuenta propia, 4 por ciento eran patrones o empleadores y 2.7 por ciento trabajaba sin recibir un pago o remuneración.
Del total de padres que eran trabajadores asalariados, 64.3 por ciento recibía algún tipo de prestación y el resto (35.6%) no percibía prestación alguna por el trabajo que desempeñaba. 60.4 por ciento recibía aguinaldo, 55 por ciento tenía servicio médico, a 53.7 por ciento le daban vacaciones con goce de sueldo.
La mitad de los padres asalariados (50.2%) tenía AFORE o SAR y 48.9 por ciento contaba con licencia con goce de sueldo. 47.4 por ciento tenía acceso a crédito para la vivienda y 38.1 por ciento recibía reparto de utilidades.
Padres privados de la libertad en centros penitenciarios
En 2016, la mayoría de los hombres adultos que estaban privados de su libertad en los centros penitenciarios del país (73.4%) tenían hijas o hijos. De un total de 147 065 padres recluidos, 62.6 por ciento eran jóvenes y adultos entre 18 y 39 años.
En promedio, estos padres tuvieron a su primer hija o hijo a los 21.5 años.
Entre los padres sancionados con la privación de su la libertad, 83.2 por ciento lo eran de niñas o niños, es decir, que sus hijas e hijos eran menores de 18 años. En promedio, estos menores tenían 2.6 años.
En 75.9 por ciento de los casos las hijas o hijos estaban viviendo con su madre, 13.5 por ciento con algún familiar como abuelas y abuelos, hermanas o hermanos mayores, 0.2 por ciento vivía con tutores o en albergues, casas hogar o de cuna, u otras instituciones públicas o privadas de asistencia social, y 0.6 por ciento con otras personas. BP