31 de mayo, Día Mundial sin Tabaco

En 1987, la Asamblea Mundial de la Salud marcó el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco con el objetivo de hacer hincapié en el problema que constituye el consumo del mismo.

Según un comunicado del INEGI, en México el panorama del tabaquismo desde 2010 indica que en ese año los mexicanos de 18 a 65 años gastaron en promedio 6 días de salario mínimo al mes en tabaco; casi la mitad de los fumadores iniciaron el consumo antes de los 16 años en 2011 y el año pasado los hombres fumaron más cigarrillos que las mujeres.

En 2011, 29 de cada 100 muertes se relacionaron con el tabaco en nuestro país, mientras que en 2012 a nivel mundial fallecieron 600 mil fumadores pasivos, de los cuales 75 por ciento fueron mujeres y niños.

El Atlas del Tabaco (2012) de la Fundación World Lung estima que a nivel mundial cada segundo fallece una persona a causa de alguna enfermedad relacionada con su consumo.

Por su parte, en 2013, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el tabaco es responsable de la muerte de uno de cada 10 adultos.

Durante 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el tema «la interferencia de la industria del tabaco», instó a los gobiernos a reconocer la “necesidad de denunciar y contrarrestar los intentos descarados y cada vez más agresivos de la industria tabacalera para socavar el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud”, cuyo objetivo es concientizar a la población y a los hacedores de políticas públicas para reconocer las tácticas de la industria tabacalera; además de que consideren que el tabaquismo es una de las principales epidemias prevenibles y es nodal para una adecuada intervención en las poblaciones, control de las consecuencias y disminución de costos sociales.

Gasto en y para el consumo

En 2010, el ingreso total consolidado de las seis principales compañías tabacaleras en el mundo (que incluye a Phillip Morris y a British American Tabaco, tabacaleras con presencia en el país) fue de 36 billones de dólares, semejante al ingreso conjunto de Coca-Cola, Microsoft y McDonald’s en el mismo año.

Sin embargo, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2010, reporta que los hogares mexicanos de menor nivel de ingreso (decil I) son los que más gastan en tabaco (0.42%, respecto al gasto corriente monetario trimestral), seguidos de los hogares que pertenecen al decil IV (0.33%) y el VII (0.30%); en contraste, los hogares con ingresos más altos son los que menos gastan (0.16%, para el decil X).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2011, la población adulta (de 18 a 65 años) gasta en promedio 400 pesos mensuales en tabaco y los adolescentes (de 12 a 17 años) invierten al mes poco más de 300 pesos. Considerando que el salario mínimo más alto en México es de casi 65 pesos diarios –área geográfica “A”–, se estima que la población adulta invierte en promedio seis días de salario mínimo en cigarros y los jóvenes casi cinco días.

 

Edad de inicio del consumo

Un punto de convergencia entre las investigaciones y la industria tabacalera es que cuanto más se retrasa la edad de inicio del consumo del tabaco es menos probable que la persona se convierta en un fumador permanente; razón por la que las campañas publicitarias de las tabacaleras se orientan a fomentar el consumo en jóvenes, con lo que existe mayor probabilidad de tener un cliente de por vida.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 reporta que entre los varones adolescentes fumadores (de 10 a 19 años), 48.2 por ciento fuman uno o dos cigarros diarios, 24.9 por ciento entre 3 y 4, y 26.9 por ciento cinco cigarros o más; en tanto, 45.6 por ciento de las mujeres fuman uno o dos cigarros al día, 33 por ciento de 3 a 4, y 21.4 por ciento cinco cigarros o más; como se observa, la población femenina supera a los hombres que fuman de 3 a 4 cigarros diarios (8 puntos porcentuales).

Morbilidad

Investigaciones relacionadas con los efectos del tabaco en el cuerpo han identificado que el factor adictivo a la nicotina es similar al del alcohol, la cocaína y la morfina; además, consumir tabaco aumenta el riesgo de padecer cáncer –especialmente en pulmones, boca, laringe, esófago, vejiga, riñón, páncreas y cuello del útero–, ataques cardíacos y apoplejías, y enfermedad pulmonar crónica.

Las consecuencias de su consumo no se limitan al fumador: las personas que están expuestas al humo del tabaco tienen más riesgos de sufrir enfermedades coronarias y cáncer de pulmón. En los niños puede haber enfermedades del oído medio, síntomas respiratorios, limitación de la función respiratoria, síndrome infantil de muerte de cuna, enfermedades de las vías respiratorias bajas y bajo peso al nacer.

En las mujeres embarazadas, el contacto con el humo del tabaco aumenta el riesgo de placenta previa, ruptura prematura de membranas, parto prematuro, aborto espontáneo y embarazo ectópico; mientras que en el producto se afecta el desarrollo fetal, se reduce la función pulmonar, presenta cáncer oral, e incluso pueden llegar a muerte fetal –óbito– o síndrome de muerte súbita del infante.

Las secuelas de esta adicción son múltiples, por eso las ciencias médicas y de la conducta aplican tratamientos para mejorar la calidad de vida de las personas que las sufren.

Sin embargo, para lograr cambiar este hábito es importante el autocontrol, la motivación al cambio y las habilidades de afrontamiento y cuando se logra, dar seguimiento a los pacientes, para evitar recaídas que se asocian a estados emocionales negativos, altos niveles de dependencia y escaso grado de apoyo social.

Las tasas de morbilidad hospitalaria de la población masculina de 15 años y más por enfermedades relacionadas con tabaquismo, muestran que la neumonía es la principal causa de morbilidad entre la población de 15 a 39 años (10 de cada 100 mil hombres de 15 a 19 años, 14 para los de 20 a 29 años y 18 de 30 a 39 años). Para la población de 40 a 79 años son las enfermedades isquémicas del corazón (55 de cada 100 mil hombres de 40 a 49 años, 198 de 50 a 59 años, 361 entre los de 60 a 64 años, 490 para los de 65 a 74 años y de 604 de cada 100 mil de 75 a 79 años); finalmente, en los varones de 80 años y más, la tasa más alta de morbilidad hospitalaria es debida a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (787 de cada 100 mil hombres de este grupo de edad).

Mortalidad

La OMS estima que el consumo de tabaco mata cada año a casi seis millones de personas y de seguir con esa tendencia, para 2030 aumentará a más de ocho millones al año; además señala que el consumo de tabaco es factor de riesgo para seis de las ocho principales causas de defunción en el mundo y responsable del fallecimiento del 50% de las personas que lo consumen.

Del total de defunciones que se presentaron en 2011 entre la población de 15 años y más, 29.5% de ellas fueron por enfermedades relacionadas con el tabaco. Así, las principales enfermedades por las que fallece la población fumadora mexicana de 15 años y más son las isquémicas del corazón (45.3% de los hombres y 42.3% de las mujeres), las cerebrovasculares (16.8% hombres y 22% mujeres), la pulmonar obstructiva crónica (14.1% población masculina y 13.7% femenina) y la neumonía (8.1% hombres y 8% mujeres).

Tomando en cuenta que las enfermedades relacionadas con el tabaquismo no son agudas (de inicio súbito y duración breve), sino que se desarrollan lentamente como consecuencia del daño que causa el consumo del tabaco, es importante considerar el alto costo social, familiar e institucional que conlleva esta adicción, en la aplicación de políticas públicas para concientizar a la población sobre los daños que causa a su salud y de esa forma retrasar o evitar el inicio del tabaquismo.

Prevención

En México existen imágenes en las cajetillas sobre los efectos nocivos del tabaco y los impuestos que se aplican a cada cajetilla de cigarros que se compra son altos, pero se está lejos de tomar decisiones como en Australia, en donde la cajetilla tiene una imagen impactante y a pesar de los recursos interpuestos por las compañías tabacaleras, el gobierno australiano mantuvo su decisión al no ceder ante la presión.

Otro ejemplo de las decisiones gubernamentales para el control de tabaco que hay en otros países, es la decisión de que la Copa Mundial de Futbol Brasil 2014 será un evento libre de tabaco, en el cual no estará permitido fumar en los eventos deportivos, no se venderán cigarrillos u otros productos del tabaco, además de que no se permitirá publicidad, promoción o patrocinio de las tabacaleras. BP

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