Una Oportunidad para Aprender a Convivir en la Diversidad
Por: Myriam Rebeca Pérez Daniel[1]
El 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. La ONU instituyó este día, desde 1994, para recordar la importancia que tienen los pueblos indígenas y sus culturas para la historia del mundo.
En particular, la importancia actual del conocimiento que han desarrollado para la generación de un vínculo respetuoso con la naturaleza, que posibilita la tan ansiada sustentabilidad y la preservación. El mismo año en el que la ONU promulgó esta conmemoración, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional irrumpía en el escenario nacional e internacional, desde el sureste mexicano, para exigir reconocimiento, visibilidad y respeto a todos sus derechos para los pueblos indígenas.Son 30 años ya de eso.
Probablemente es poco lo que ha avanzado el escenario social en cuanto a estas exigencias. Sin embargo, sí se han visibilizado y discutido las amenazas que sostienen las desventajas de los pueblos indígenas en la cotidianidad. La mayor de ellas es el flagelo de la discriminación. La discriminación implica cualquier tipo de práctica que promueva la negación de un servicio o recurso a alguien, a partir de un prejuicio, es decir, a partir de una idea que sostenga que se es mejor o más importante que la otra persona. Al fin, el servicio o el recurso negado es un derecho violado.
La discriminación, entonces, no supone sólo la idea de ser mejor o más importante que otras personas, sino una actuación que afecta materialmente a la persona a quien va dirigido. Puede ser algo sencillo, como hacer un comentario que haga que la otra persona se sienta incómoda, buscando que se aleje o que se sepa en desventaja; o puede ser una agresión fragante, como negar el acceso o la permanencia de alguien en un espacio o agredirle físicamente hasta desalojarlo o aniquilarlo.
En México, la discriminación hacia los pueblos indígenas se sigue haciendo presente. Acorde a la Encuesta Nacional sobre Discriminación, 28% de la población indígena reconoce haber sido discriminada. También, el 35.6% de la población afrodescendiente y el 33.8% de la población migrante. Las razones por las que creen haber sido discriminados son por su forma de vestir (30.6%), su físico (27.5%), su manera de hablar (21%) o sus creencias religiosas (19.9%), entre otras posibles.
Otro indicador alarmante de la presencia de prácticas discriminatorias contra la población indígena en México es que el 39.1% de la población indígena no tiene las mismas oportunidades que el resto de la población de conseguir un empleo. La competencia intercultural implica una habilidad de convivencia con personas que pertenecen a marcos culturales diferentes a los propios, desde el respeto y el trato digno.
Esta habilidad supone también la capacidad de identificar los propios prejuicios contra los demás y su desarticulación para procurar un buen trato general que posibilite la sana convivencia y el enriquecimiento mutuo. Incluso, un trato consciente de las desigualdades estructurales existentes que derive en un trato que reconozca, reivindique y cuide la dignidad de las y los otros y nos permita aprender, valorar, conservar e impulsar sus saberes para el desarrollo.
Nuestras comunidades colimenses tienen presencia indígena. Se puede notar en las prácticas de las personas que están en nuestro entorno, algunas provenientes de tradiciones familiares añejas. La conmemoración del 9 de agosto como día internacional de los pueblos indígenas nos invita a reconocer y valorar a las personas indígenas, a las personas de descendencia indígena, a las prácticas de origen indígena, a las culturas, a los saberes, a las tradiciones y a velar por ellas de toda práctica de discriminación. También, nos invita a desarrollar la competencia intercultural que posibilite el intercambio respetuoso de saberes para el crecimiento de todas, todos y todes.
[1] Profesora investigadora de tiempo completo de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima. Especialista en el estudio de procesos educativos en contextos de diversidad y desigualdad. Contacto: mperez@ucol.mx