El Congreso de Chihuahua, al norte de México, aprobó este jueves la posibilidad de condenar a cadena perpetua a secuestradores, extorsionadores, multihomicidas y a aquellos cuyas víctimas mortales sean periodistas o policías.
En la disposición incorporada al Código Penal se añadió el homicidio con saña (decapitación, mutilación, quemaduras o descuartizamiento), así como el secuestro «exprés» y el delito de violación.
La cadena perpetua para quienes maten a periodistas y policías se aplicará siempre y cuando la víctima fuera asesinada en el ejercicio de su profesión.
Desde 2000 han sido asesinados 27 periodistas en Ciudad Juárez, el último en septiembre, y que inspiró un editorial del El Diario para pedir al crimen organizado que les dijera qué se debe publicar y qué no a cambio de detener los asesinatos del gremio.
En el conjunto del país, el número de reporteros víctimas del crimen organizado asciende a 65, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Con respecto a los ataques en contra de corporaciones policiacas en Chihuahua, según datos de la Procuraduría General del Estado, son 82 policías de distintas dependencias los que han sido asesinados en lo que va del 2010 en Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país.
La lista de agentes asesinados la lidera la Policía Municipal, que ha perdido desde enero a 29 elementos entre enfrentamientos, emboscadas y ataques directos, seguidos de la Policía Federal, con 23 uniformados muertos, según datos de la dependencia.
El pasado 15 de julio se registró un ataque contra agentes de la Policía Federal en el que los agresores utilizaron un coche bomba que mató a dos oficiales y a un médico y provocó heridas a varias personas.
A pesar de que Ciudad Juárez supera los 2,300 muertos este año por la acción del crimen organizado, la gran mayoría de los homicidas -presumiblemente sicarios del narcotráfico- jamás son identificados o capturados.
La ciudadanía y diversos sectores sociales han criticado recientemente la falta de acción de las autoridades al respecto y la impunidad que rodea a los criminales. Además de que un reciente informe reveló que los juarenses no sólo viven amedrentados por las amenazas del crimen, sino también por los abusos de las autoridades.