Mexicano ‘Corre por México’ desde Argentina hasta Alaska; por bicentenario 25 mil km

Si Miguel Ángel Calderón cumple su meta, será el primer ser humano en recorrer el continente de Sur a Norte. Con entusiasmo remarca que se mojó los pies en el mar de Ushuaia, el extremo sur del continente, y comenzó a correr, con la vista en Alaska, y con el corazón en México.

 

A la política le rehúye, no ahonda mucho en los motivos de su meta, sólo dice que es por amor a México, su apellido Calderón contrasta cuando cuenta que le escribió un mail López Obrador, “el presidente legítimo de México” –dice- para enviarle su apoyo.

No todos los de clase acomodada caben en la misma bolsa. Su simpatía y lo increíble de su hazaña le ha valido recibir trato especial, hasta se tomó una foto arriba de la moto del Che Guevara.

Muchos dirían que este tipo de noticias distraen de los problemas reales, y algunos otros podrían criticar a Miguel Ángel por perder el tiempo en lugar de ayudar a México de otra forma, pero debemos recordar que cada quien debe aportar a este país lo que desde su pasión y posibilidades salga, a Miguel Ángel le gusta correr, siempre ha corrido, y no ve porque no hacerlo como un regalo para su país en el Bicentenario. ¿Cómo elevamos nosotros nuestros actos a lo extraordinario para también regalar algo a nuestra patria?

“Corre por México” llama a su hazaña, el sabe que hay montón de causas por las cuales correr, pero asegura que su mayor causa y su mayor pasión es México, por eso, yendo en contra de mucho, renunció a su empleo, su carrera, dejó en pausa su vida acomodada y lo más difícil tal vez, su familia, aunque su pequeña hija, corredora también ya, es la que le da fuerzas para continuar el viaje ya que prometió estar el 24 de marzo del año que viene en el Distrito Federal para acompañarla en su cumpleaños.

A diferencia de los que antes han recorrido grandes distancias en el continente, Miguel Ángel recorrió la inhóspita Patagonia, con temperaturas extremas de hasta 20 grados bajo cero, donde a veces no podía diferenciar el paisaje “A veces despertaba y ya no sabía para donde seguir, si no hubiera sido por los traileros no estaría vivo”… “A veces comía aves que encontraba muertas”.

Una de las lecciones más grandes que nos cuenta es sobre la solidaridad, le robaron su mochila con tarjetas, dinero, documentos y ropa.

Desde entonces busca trabajo a cualquier lugar que llega para poder comer y ha hecho casi de todo, desde carpintería, cosechar frutas…  “lavé dos carros por 10 pesos para comer un sándwich, después me enteré que cobran 15 pesos por auto” cuenta riéndose, y la emoción no desaparece de su rostro, está seguro de lograr su meta porque lo mueve algo más grande que la ambición o la fama, lo mueve un inmenso amor por un país que a pesar de todo le llena de orgullo.

Así ha hecho de todo para obtener un poco de dinero para lo básico, comer y conectarse a veces en un cyber café para subir fotos o mandar correos sobre lo que vive, a él no lo acompañan las grandes cadenas de televisión. “Si alguien me ofrece ayuda yo no quiero dinero, les pediría tenis y cosas que necesito, o si es solo dinero pues solamente para comer”.

Miguel Ángel nos cuenta como la globalización es tan diferente a lo que pensamos, después del robo que sufrió no ha podido recuperar su dinero en ningún banco, porque no existe en los registros, una cosa es el banco en México y otra aquí, aunque tengan el mismo nombre (a menos que seas cliente Premium).

También sufrió la discriminación que grandes empresas tienen contra los ciudadanos, la empresa Money Gram para poder recibir dinero le exigía firmar un documento con muchas cláusulas para constatar que no es narcotraficante o delincuente, nuestro paisano prefirió defender su dignidad.

“A veces veo a la gente desde afuera del Carrefour y dejan la comida a la mitad y yo muriéndome de hambre”, confesando también que a veces espera para buscar esa comida y que le brotan lágrimas mientras se pregunta qué hace aquí, cobra fuerza nuevamente para hacer relucir el color verde de su camiseta con las letras México. “Estoy seguro que lo voy a lograr, es mi regalo para mi país en sus 200 años”.

Si bien ha sufrido un robo, dificultades con bancos y empresas para arreglar su situación, y hasta amenazas de secuestro por tener sus fotos en Facebook, ha encontrado en la solidaridad de la gente la manera de seguir, “yo vivo muy bien en México y no tendría necesidad de estar sufriendo”. Desde aquí paisanos, y hermanos latinoamericanos le han tendido la mano, una moneda, una foto, una sonrisa, una entrevista, un choripan, un mate, y ahora se lleva con los ojos sorprendidos, una paleta picante. Desde México la gente que lo conoce y sabe su esfuerzo seguro está también lo apoyan, para Miguel Angel México es eso, su gente.

Correr 25 mil kilómetros y practicar el desapego del dinero y la comodidad es una manera de poner el corazón por nuestro país, y Miguel nos quiere decir que todos tenemos la nuestra, que es momento de darnos la mano y comenzar todos a correr, así nomás, como regalo a la patria.

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