La coacción del voto
Por: Florencio Llamas Acosta
La coacción y la compra de votos es una de las prácticas no deseables a las que incurren los partidos políticos y candidatos con el fin de asegurar su triunfo electoral, ya sea aprovechándose de la ignorancia o de la necesidad de las personas, contraviniendo al espíritu de los sistemas democráticos y a las propias leyes del país.
En el actual proceso electoral colimense a casi un mes de la jornada electoral el partido albiazul motivado por no lograr colocarse en el primer lugar de las preferencias incurre en este tipo de prácticas de forma desesperada, buscando revertir su situación en la competencia.
El miércoles de la semana pasada, la dirigencia del PRI y del PANAL presentó denuncia ante la PGR contra el candidato panista a la gubernatura Jorge Luis Preciado, por intento de fraude y coacción del voto. El argumento de la denuncia lo aclaró Rogelio Rueda ante los medios de comunicación donde muestra 3 videos donde activistas del Partido Acción Nacional en zonas de mayor pobreza estaban haciendo proselitismo a favor del candidato del PAN a cambio de despensas, otra de las estrategias era ofrecer una tarjeta en la que si ganaba el aspirante panista se podría canjear por ayuda económica.
Al respecto el propio Secretario General del PAN Salvador Fuentes, el 25 de abril, en su cuenta personal del facebook hizo pública su inconformidad de que el candidato Jorge Luis Preciado utilice este tipo de artimañas para hacerse ganar simpatías, “Me parece lamentable que de manera irresponsable expongamos a la gente que voluntariamente se acerca a apoyar al Partido, en acciones que pueden tener consecuencias legales de alcances invaluables;”…
En este sentido para el experto Carlos Ugalde, “El clientelismo electoral es el reparto de favores, bienes materiales, servicios o dinero a cambio de votos y/o apoyo político.1 La coacción del voto ocurre cuando el intercambio entre votantes y candidatos se realiza a través de amenazas, chantajes, fuerza o violencia.2 La compra del voto ocurre cuando este intercambio es voluntario. Por lo tanto, la coacción y compra del voto son dos tipos de clientelismo electoral, que por definición ocurren durante campañas electorales y con frecuencia implican la utilización de recursos públicos con fines privados”. El uso de estas prácticas está penalizado por la Ley General en Materia de Delitos Electorales, en su artículo 7 fracción 7 establece la pena que se impondrá a quien solicite votos por paga, promesa de dinero u otra contraprestación.
El Código electoral de nuestra entidad establece en el artículo 8º que “El sufragio expresa la voluntad soberana del pueblo de Colima. Votar en las elecciones constituye un derecho y una obligación del ciudadano colimense que se ejerce para integrar los órganos de elección popular del ESTADO y Municipios”. Dejando claro que “el voto es universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible. Los organismos electorales garantizarán las calidades del voto. Quienes incurran en actos que generen presión o coacción a los electores o que impidan el ejercicio del sufragio, serán sancionados, conforme a lo dispuesto en la ley.”
Ya es tiempo que todos los partidos políticos se sujeten a la ley y jueguen limpio por las preferencias de los ciudadanos, ¿o usted como lo piensa?