Colima.- Irving Santana no tiene ni los 25 años de edad y ya se ha ganado un lugar en el mundo del tatuaje de la ciudad de Colima.
Actualmente trabaja en el estudio Whiterabbit Tatto-Boutique y charla conmigo mientras tatúa en la espalda de una chica, un cráneo con una rosa roja y una amarilla.
El tatuaje, la tinta aplicada con dolor bajo la piel, siempre atrajo a este joven artista, que con tres años de experiencia ya ha perdido la cuenta del número de trabajos que ha hecho.
“Me gustaba dibujar desde que me acuerdo, me gustaba el arte del tatuaje y se me ocurrió empezar de cero, comprar las cosas y ponerme a practicar”.
La mayoría de personas que han vivido la experiencia de tatuarse la describen como de dolor placentero, de hecho, generalmente se vuelve como una adicción, más bien un estilo de vida.
Irving me cuenta de dos tatuajes especiales: el primero que hizo, con el que logró calmar el nerviosismo, eran unas letras plasmadas en el cuerpo de un compañero.
Y también me habla del trabajo que se siente más orgulloso: un venado de 20 centímetros en el que invirtió seis horas de trabajo.
El artista escucha música mientras toma la piel como lienzo, dice que lo relaja, que lo ayuda a concentrarse mejor.
Y es que para él, el tatuaje es una técnica más del dibujo, como pintar al oleo, por ejemplo, “pero debes de acostumbrarte a que no es papel dónde estás dibujando, que es sobre piel”.
“Hay que aprender que hay diferente tipos de máquinas, de agujas, de calibración, agujas de diferentes calibres: en punta, cerradas, unas que les llaman magnum que son como pinceles”
El tatuaje acompaña al hombre desde el Neolítico, ha sido medio de sanación, de conversión de la niñez a la hombría, de recuerdos como marcas imborrable, de ritual.
La recomendación que Irving Santana hace a quienes deseen tatuarse es pensarlo bien, “porque va a ser para siempre, se pueden tapar pero no se trata de eso”.
En tono de broma, pide que no se pongan los nombres de las novias o los novios.
“Aquí también nos toca tapar tatuajes, pero no porque no les guste, sino más bien porque es un mal tatuaje, aquí en Colima es muy común que la gente no vea el trabajo del tatuador antes de tatuarse”.
Irving narra que le ha tocado trabajar con gente que se mueve mucho, que grita, que dice que ‘siempre no’… a ellos los intenta calmar; nunca se le ha desmayado nadie.
–¿Y qué tatuaje nunca te harías? –le pregunto al joven tatuador.
–Pues una carita feliz o un infinito, esas cosas que generalmente se hace la gente.
**Si estás interesado en tatuarte, puedes consultar la página de Facebbok de Whiterabbit e Irving Santana.
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