Colima.- La voz estentórea del secretario de Cultura, Rubén Pérez Anguiano, es señal inequívoca del entusiasmo que le origina coordinar los esfuerzos de esta dependencia gubernamental.
Llegó hace poco más de dos años y el recuento de logros en materia de promoción e infraestructura incrementa el frenesí de su gestualidad.
Para él la palabra clave de la aceptación social de todos los programas establecidos radica en la alegría puesta por su equipo de trabajo. Una alegría que no se dificulta en tiempos de crisis porque el funcionario considera que la cultura contribuye de manera directa a la felicidad de una sociedad y ésta responde con actitudes distintas a los problemas cotidianos cuando practica una visión regocijada de la vida.
No sé si Pérez Anguiano conozca la teoría del entusiasmo establecida por el filósofo argentino Alejandro Rozitchner. Pero la despliega con persuasión tal, resultado de un trabajo sólido con la palabra. Campeón nacional de oratoria, lector infatigable de los clásicos, el quehacer coordinado por el secretario de Cultura habita muchas de las definiciones del académico bonaerense: “El entusiasmo es un desarrollo, un despliegue, una secuencia, una línea de acción. El entusiasmo es un estar colocado en un cierto nivel de circulación de la energía o de las ondas invisibles del sentido, que nos transforma y empuja.”
Así entendida, la cultura se convierte en estado anímico y logra la identidad de propósitos. “Uno no puede entusiasmarse con cualquier cosa. Ese no puedo esperar, ese querer más, ese estar metido en algo no puede darse sino alrededor de determinados temas o experiencias. Cada uno tiene ámbitos en los cuales el entusiasmo es posible y ámbitos en los que jamás podría producirse; uno no elige de qué gustar.”
El horizonte de la promoción cultural es “la puerta por la que podemos entrar en distintos mundos, semillas del entusiasmo que crecen hasta ser plantas enteras si abonamos y regamos su despliegue problemático”.
Sabedor de que una política cultural debe responder a expectativas sociales el entusiasmo podría parecer fútil, sin embargo es el ingrediente esencial para el convencimiento propio y colectivo de que las artes y las ciencias otorgan derrotero a la condición humana. “¿Por qué es difícil entusiasmarse? Porque hay que pasar en limpio al ser, volcarlo en el mundo. El escudo crítico se desvanece, debe ser suplantado por una operatoria de las ganas.”
Es una suerte de moral del entusiasmo “que entienda que aun para el trabajo es necesario entrar por la vía del darse gusto y no del someterse o dejarse de lado” y exigiría “que uno se lleve siempre consigo, que no pueda fácilmente despojarse de las características y los gustos personales para volverse formal.”
Su oficina, ubicada en la segunda planta del museo María Ahumada de Gómez, está repleta de cuadros y libros por doquier.
Suenan incesantes los teléfonos, los mensajes electrónicos de comunicación instantánea copan la doble pantalla de su computadora. Fuma. El café parece ayudarlo a ordenar su pensamiento. Tranquiliza su tono.
Pérez Anguiano explicó los principales logros en la materia de la administración de Silverio Cavazos, los nuevos servicios bibliotecarios, la infraestructura y anuncia que pronto se pondrán en funciones dos importantes centros culturales en la zona norte y oriente de la capital del estado, que cubrirá un rezago histórico de cobertura. La entrevista es la siguiente.
MONÓLOGOS TEATRALES, GRAN ACEPTACIÓN
Fue agradable sorpresa descubrir que no solamente el Teatro Hidalgo se llenó a toda su capacidad, sino quedaron personas afuera, cuando se supone que el monólogo o el teatro a una sola voz no es de multitud. Todos los actores que vinieron se sorprendieron agradablemente pues para ellos la experiencia de Colima fue la más enriquecedora del festival, que se desarrolló en varias entidades, sobre todo en la zona norte del país, y nuestra entidad fue una extensión del mismo. Es la primera vez que nos admiten.
Uno de los actores expresó que en el Distrito Federal, cuando se hizo la conferencia de prensa, se presentó un monólogo de apertura y hubo menos de 120 personas, es decir, en plazas consideradas fuertes las representaciones teatrales no pasaban de esa cantidad. Y aquí resultó impresionante ver un teatro a toda su capacidad. Además opinó que el público colimense reaccionó mejor, risueño, que se entrega al actor.
Esa misma opinión me la han dado actores que vinieron recientemente (como Carpinteyro y Estrella), quienes quieren hacer más teatro aquí, y eso para es magnífico.
CLÍMAX SOCIAL DE LA CULTURA
Me tocó en suerte llegar a la Secretaría en un momento en el que la cultura colimense alcanzó un clímax social, cúspide: la sensibilidad colectiva se manifestó en todo su esplendor, porque recuerdo que a los primeros eventos que organizamos llegaban pocas personas o siempre las mismas, y a partir del trabajo que empezamos a realizar nos dimos cuenta que podíamos llegar a públicos distintos e involucrarlos en el quehacer cultural y artístico.
Parte del éxito de los últimos dos años de la Secretaría de Cultura ha sido resultado del entusiasmo con que se han hecho las cosas. Si algo nos ha caracterizado ha sido el entusiasmo que tenemos para organizar eventos, sean de fomento a la lectura, literarios, artísticos, de danza o música antigua. Ese entusiasmo se ha visto compensado con una gran respuesta social. La sociedad nos ha concedido el beneficio: piensa que si ejecutamos las acciones de promoción con tanto entusiasmo y gusto cuando menos hay que ver lo que experimentamos.
EXPLORACIÓN
Eso nos pasó con varias líneas de trabajo. Una de ellas fue con el festival de música antigua. Naturalmente hubiéramos supuesto que en esa materia había un público si no selecto sí mínimo en comparación con otras manifestaciones musicales. Pero también fue agradable sorpresa observar que el teatro se llenaba, que la sociedad pedía más, inclusive disfrutaba acciones artísticas poco usuales en la entidad. Es una línea de exploración de la cultura, parafraseando a Jesús Reyes Heroles: en materia de promoción cultural hay que avanzar con la sonda en la mano para ver qué está pidiendo y exigiendo la sociedad, y a veces algunos promotores de gobierno suponen que ésta gusta de los espectáculos sin calidad, solamente divertimentos, meramente animación. Y no es cierto. La sociedad colimense responde muy bien a manifestaciones cultas, serias, elaboradas, formales y experimentales incluso.
DISEÑO DE POLÍTICAS CULTURALES EN CRISIS
La tarea cultural es diversa. Se atienden programas dedicados al rescate de la música tradicional, en comunidades; también las manifestaciones de naturaleza urbana en una población con alto nivel educativo, como la de Colima; y existen expectativas de lo que se está produciendo en los municipios en todas las expresiones.
LA SOCIEDAD SE ABRAZA A LA CULTURA
Y al estar inmersos en esta tarea de promoción múltiple uno percibe que, precisamente, la sociedad reacciona de forma muy interesante porque parece abrazarse al fenómeno cultural como una compensación de la crisis que enfrenta en otros ámbitos de la vida, porque no sólo es de índole económica, sino posee otras vertientes.
La sociedad mexicana experimenta la crisis en muchos sentidos, en cierto progresivo desencanto de algunas instituciones o fenómenos antisociales, todo eso lo contrasta y parece que se abraza más a las manifestaciones artísticas, siempre y cuando las instancias de cultura den el ancho a la expresión colectiva, que respondan a las expectativas de la población.
Esto en gran medida muestra de que las instancias de cultura deben funcionar y responder a lo que piensa la sociedad, a lo que ésta sienta, algunas veces aquéllas han cometido el error de entregarse a pequeños grupos falsamente culturales, que manipulan las cosas para su beneficio, y cuando se hace promoción cultural lo primero que debe decidirse radica en no cumplirle a esos grupúsculos, sino satisfacer a la sociedad, lo que está exigiendo y planteando.
La sociedad colimense está en un punto de maduración tal de disfrute sensible que hasta las propuestas más arriesgadas y osadas tienen éxito. Y eso no debe pasar inadvertido. Por ejemplo, la existencia de un mes completo dedicado a la lectura en cualquier otro lugar del país podría sonar incluso absurdo, en cambio en Colima parece insuficiente. Se termina el mes y nos quedamos con las ganas de organizar otro, porque sentimos que faltaron cosas por hacer. Durante esos días vimos que la gente estaba presente en todos los escenarios, que reaccionaba favorablemente a todas las estrategias, a todas las tácticas, que se mantenía un estado de vigor, de entusiasmo. Es un fenómeno que no ocurre en otros lugares.
He platicado con titulares de cultura de otros estados que se preguntan cómo organizamos un mes completo de fomento a la lectura. Y eso es parte del entusiasmo que ha encontrado justa retribución en una nueva sensibilidad social hacia la cultura y las manifestaciones artísticas.
FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL
Esta feria fue tan exitosa en la primera versión, que en la segunda se duplicaron las editoriales. El año pasado hubo 17 y ahora más de 30 con 40 mil títulos expuestos y habrá más escritores que contribuirán para que la creatividad asociada a niños y jóvenes se presente con más fuerza en Colima.
En esta veta existe un manantial que debemos trabajar en los estados, crear títulos apropiados, editarlos correctamente. En la secretaría de Cultura lo hemos hecho. Recientemente presentamos dos libros: uno de Rubén Martínez, promotor de la lectura, relativo a las nubes y un pequeño poemario de Efrén rodríguez. Además, un diccionario poético que elaboró Esaú Hernández.
Por ese camino podemos tener muchas sorpresas. Si ya en el nivel adulto se percibe una franca disposición social hacia la cultura y el arte, estamos obligados para que en la escala infantil y juvenil sea el doble, para que en lo venidero la sociedad sea habituada a las letras, a las artes. Cuando una sociedad tiene esa disposición cultural es no sólo más crítica, informada y precisa, también más feliz porque todavía no hemos reflexionado sobre la profunda equivalencia que existe entre la cultura y el goce.
La cultura es un respaldo de la felicidad cotidiana porque una persona o una sociedad con tal actitud por principio de cuentas ve con buen humor los acontecimientos y los problemas los procesa de forma distinta. Por eso la vida transcurre con un relativismo sin duda traducible en más felicidad y espontaneidad sociales, en una visión más regocijada.
COHERENCIA INTEGRAL DE LA CULTURA
Esa combinación de esfuerzos ha sido muy fértil. Por ejemplo, en materia de ciencia y tecnología hemos tenido un crecimiento de inversión muy importante. El Fondo Mixto Conacyt-Gobierno del Estado, bajo la responsabilidad de la Secretaría de Cultura, se multiplicó en los últimos años. Ahora estamos en los primeros lugares y eso nos ha permitido alentar muchos proyectos de naturaleza científica y tecnológica. Incluso apoyar esfuerzos universitarios, por ejemplo, en la última resolución del comité del Fondo Mixto aprobamos varios millones de pesos a dos posgrados.
Somos el único estado que celebra un mes completo dedicado a la promoción científica y tecnológica con actividades sobre todo escolares. Y en eso también Colima es pionero, porque es infrecuente que eso ocurra en el país con tanta amplitud y alcances educativos.
En infraestructura hay logros significativos en dos vertientes: la creación de nuevos espacios, como el Centro Mexiac, dedicado a la gráfica, que en algún sentido puede fortalecer también los atractivos turísticos; otro es la construcción del museo de ciencia y tecnología, además de dos centros culturales para las zonas oriente norte y sur, que pronto entrarán en funciones.
La otra gran vertiente es el mantenimiento de la infraestructura, en la que hemos invertido mucho esfuerzo. Habrá que ver lo que estamos haciendo en el Archivo Histórico del Estado, que ahora es con pleno derecho, bien organizado, con su laboratorio de restauración documental; la creación de la bodega de acervo para la protección del patrimonio plástico; la rehabilitación de los teatros al aire libre de El Rodeo y de la propia Casa de la Cultura, que quedarán a escala de primer mundo, inclusive el segundo con sillería tipo estado e implementos tecnológicos profesionales, la creación del teatro al aire libre del Parque Regional Metropolitano, que lleva el nombre de Silverio palacios. Además, la rehabilitación del Teatro Hidalgo, un mérito de la actual administración.
En materia bibliotecaria obsérvese lo que realizamos en los jardines de Casa de la Cultura, nuestra idea es que esas sillas y mesas estén bien provistas para que los jóvenes puedan venir en un ambiente agradable y efectuar sus tareas escolares, leer, investigar o conversar, con plena conectividad a internet.
Daremos una sorpresa en esa materia porque próximamente anunciaremos gran cantidad de computadoras portátiles que tendremos a disposición y préstamo para que los muchachos que no tengan puedan venir a la Secretaría de Cultura.