“Con poco o nada de recursos podemos convertir una población pequeña o mediana (con menos de 300 mil habitantes) como Colima, en una ciudad inteligente. Incluso hacerlo desde la ruina económica, como sucede con Madrid, España, que tiene una deuda que asciende a los 57 mil millones de pesos”.
Así lo aseguró y demostró el arquitecto y antropólogo español experto en vivienda, Fernando Caballero Baruque, durante el SIRCOM (Simposio de Ingeniería de Región Centro Occidente de México) 2015 que concluye hoy en la UdeC, y que reúne a expertos invitados, profesores investigadores y alumnos de las instituciones de educación superior del occidente mexicano.
Al dictar la conferencia magistral “Mid-small smart cities, ¿por qué y cómo?”, el consejero de vivienda madrileño expuso el estudio de ciudad inteligente para Madrid que presentaron a las autoridades y representantes políticos de su provincia, en el cual expuso las 34 medidas para convertir la capital española en una ciudad inteligente.
De éstas, seis son muy caras, 12 no lo son tanto y 16 no cuestan nada de dinero. El expositor aseguró que dichas medidas se debieron canalizar según la capacidad para transformar a la comunidad poco a poco y alcanzar niveles de una ciudad eficiente, de un territorio cohesionado.
“No es suficiente tratar de implementar medidas de normativa municipal, sino de normativa legal para toda esta región”, aclaró.
Agregó que, agrupadas en economía, movilidad, medio ambiente, gobierno, calidad de vida y ciudadanía, algunas de las medidas que no cuestan mucho dinero son transporte público, urbano e interurbano más seguro, cómodo y sostenible (el gasto por kilómetro es seis veces menor que el coche privado), carriles de alta ocupación, carreteras y plataformas on-line para compatibilizar coches y humanos.
En el rubro de medio ambiente, Fernando Caballero ubicó la gestión de reciclaje de residuos, gestión integral del agua, de los recursos naturales y la regeneración de barrios degradados; en el de gobierno, la administración electrónica y la firma electrónica para trámites.
En temas de ciudadanía y salud, dijo, “se encuentran medidas como la potenciación y actualización de programas de educación virtual, horarios compatibles, colaboración y participación de empresas, sistema de calidad de salud, prevención y movilidad femenina, los cuales pueden comenzar el camino hacia una ciudad eficiente”.
El arquitecto madrileño remarcó que estas medidas no cuestan dinero, y tampoco implementar procesos para desarrollarlas todas; “se pueden preparar estos programas de adecuación urbana y territorial”, enfatizó.
Poco a poco, los resultados, dijo, serán los siguientes: incremento de productividad, mejora de condiciones de trabajo, aumento de competitividad en empresas, apertura cosmopolita, retención de talento, generación de políticas de género, reducción de consumo de energía, mejora económica, apertura cosmopolita, aumento del turismo y también de la productividad.
Por último, dijo que otras manifestaciones de una ciudad inteligente son: mejora ambiental, preservación de recursos naturales, puesta en uso de barrios que anteriormente estaban degradados y la respuesta cultural por rescatar el patrimonio. BP