Colima.- El 2010 cierra con 12 desapariciones forzadas ocurridas durante el año, sumándose un total de 23 desde junio de 2001.
Así que productores, comerciantes, abogados, profesionistas agentes federales y hasta militares han desaparecido durante casi una década sin hasta el momento las investigaciones por las dependencias de seguridad arrojen resultados.
Y LOS 24 DESAPARECIDOS SON…
El 30 de junio de 2001, en la colonia Placetas Estadio de la capital del estado, Alejandro Martínez Dueñas y José de Jesús González Medina, fueron detenidos por supuestos elementos de la Procuraduría General de la República y de la General de Justicia del Estado.
Fue en abril de 2002, cuando se perdió la pista de Sergio Rivera Sánchez y J. Trinidad García, en la comunidad de Ocotillo, en Cuauhtémoc.
Mientras que desde 2005, se desconoce el paradero de Ángel Mancilla, hermano del ex diputado y ex alcalde de Minatitlán, Horacio Mancilla.
No fue sino hasta el 5 de marzo 2008 cuando nuevamente ocurrieron desapariciones en Colima, en el momento que la Procuraduría General de la República confirmó la desaparición de su titular de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (UMAN), Braulio Rubén Castillo Pérez, así como de su secretario, Juan Manuel Partida Nava.
Días después, el 28 de marzo de ese mismo año, el comerciante de autos usados, César Amezcua Mata, de 39 años de edad, originario de Jalisco y vecino de Colima, despareció junto con dos amigos suyos.
El 14 de septiembre de 2008, el teniente de intendencia José Vicente Édgar Salinas Martínez, de 34 años de edad y adscrito al 29 batallón de infantería perteneciente a la 20 Zona Militar, con sede en esta capital, desapareció. El militar era originario de San Juan del Río, Querétaro.
A estas desapariciones se suman a las del profesor de nivel secundaria, Vidal Carrillo Molina, cuando el 9 de mayo de 2009 no se supo más de él, por lo que sus familiares han colocado mantas en varias zonas de Colima en las que solicitan información sobre su paradero.
En 2010, año que concluye, se han registrado más desapariciones denunciadas a las autoridades que otros años, sumándose un total de once.
El primer caso fue de la abogada Emma Laura Ramírez Mandujano, de 56 años de edad y hermana de una trabajadora del periódico La Jornada, cuando el 16 de julio de 2010 fue vista por última vez entre las 10:30 y 11:00 de la mañana de ese día al salir de su domicilio.
A las 6:40 de esa misma tarde, fue encontrado su automóvil—marca Peugeot, modelo 2006, placas JBJ 65 55 del estado de Jalisco-, calcinado a la altura del kilómetro 15 de la carretera Comala-San Antonio, cerca del entronque a la Laguna de Carrizalillos.
Ramírez Mandujano se habría dedicado a la renta de casas e inmuebles y hace más de un año su esposo Luis Dávalos y Tagle, coronel retirado del Ejército quien participó en la guerra de Vietnam y en los años sesentas fungió como asesor presidencial en materia de seguridad nacional, fue asesinado al salir de su domicilio.
La abogada rentaba una casa en avenida La Paz, número 39 colonia Santa Bárbara a unos trabajadores de un supuesto grupo minero de nombre Alodrica, quienes se habían retrasado en los pagos y como se había vencido el contrato pensaba desalojarlos.
El día que Ramírez Mandujano desapareció le habían hablado para decirle que le pagarían la renta y ya no apareció.
Otro caso sonado fue el de el licenciado Zeferino Hueso Abarca en la zona centro de Manzanillo, cuando un grupo de hombres lo obligaron a subir a un vehículo; hasta el momento se desconoce su paradero y su familia cree que ya fue asesinado.
Uno de los casos más agraviantes en este 2010, fue la desaparición forzada de siete jóvenes profesionistas michoacanos ocurrido el 2 de octubre.
Roberto García Álvarez, ingeniero en sistemas computacionales, de 23 años de edad; José Carlos Novoa Ortiz, médico, de 23 años; Sergio Hernández Campos, pasante de ingeniería, de 22 años, y Bryan Hernández Arredondo, licenciado en Administración, de 23 años y quien se presume es de origen estadounidense.
Además de Arturo Martínez Sánchez, comerciante, de 21 años; Fernando González Arzate, restaurantero, de 20 años y Jorge Hidel Pimentel, estudiante de 19 años de edad. Todos ellos fueron vistos por última vez en Manzanillo.
De estos tres son de Sahuayo, tres de Jiquilpan y uno de origen estadounidense.
Los jóvenes salieron de Sahuayo el sábado 25 de septiembre, en una camioneta Ford Lobo, modelo 2004, gris plata, de cabina y media, rumbo a Manzanillo.
Posteriormente, el 2 de octubre fue encontrada abandonada en el municipio de Tecomán sin rastro de los profesionistas.
Los últimos dos casos fueron los de Carlos Ayala Galván y César Octavio Tafolla Ochoa, también procedentes de Michoacán, de quienes no se sabe su paradero desde el 6 de diciembre; estos habían salido tres días antes de Sahuayo, con destino a Manzanillo, para vender huaraches que fabrican en su entidad, a bordo de un automóvil Nissan, Tsuru, modelo 1990.
Ese 3 de diciembre, Ayala Galván y Tafolla Ochoa, llegaron por la tarde a la casa de un familiar, ubicada en la colonia La Joya, además de convivir con otro miembro familiar en la zona turística de Santiago.
No fue sino hasta el 6 de domingo diciembre, cuando ambos michoacanos se despidieron de su familiar aproximadamente a las 6 de la mañana, diciéndoles que regresarían a Sahuayo a donde nunca llegaron.
El jueves 30 de diciembre, a un día de concluir el 2010, en la calle José Barajas Carrillo, en Villa de Álvarez, Colima, Ricardo Omar Ramírez, de 24 años de edad, fue bajado de su camioneta Sonora, placa AJW 4159, por tres individuos encapuchados.
Posteriormente dicha camioneta fue localizada en el kilometro 2 de la autopista Colima-Guadalajara a la altura del crucero donde se encuentra el servicio fitozanitario.
Uno de los casos que fue ‘resuelto’, es el de Benjamín Meza Velásquez, quien habría desaparecido el 19 de febrero de 2010, no obstante no fue sino hasta el 7 de abril cuando se encontró su osamenta.