El rumbo de Colima 2020
Juan González García
En unos días, la historia política del estado de Colima, iniciará un nuevo capítulo. Atrás quedó un año electoral donde, los partidos políticos de la entidad, lucharon por los votantes, mediante sus diversas ofertas político, acompañadas de sus respectivas estrategias electorales. Se espera que, para bien de la entidad
Colima retome su rumbo, el cual, por el impasse político, entró en una etapa de incertidumbre e indefinición.
La agenda de temas a enfrentar, son innumerables y para bien, más que para mal, de la sociedad colimense, el nuevo gobierno deberá dar muestras de que efectivamente está preparado para afrontarlas, con seriedad, responsabilidad, inteligencia y sabiduría, en beneficio de todos los colimenses sin inclinarse hacia ningún grupo o sector, por más apoyos que haya dado alguno de estos, al proyecto político ganador.
Por mencionar solo algunos de los temas de la agenda estatal, mencionaré de los más urgentes: seguridad, economía, educación, medio ambiente, organización social, eficiencia y transparencia gubernamental, TIC´s y desarrollo científico tecnológico. De la manera en la que el nuevo gobierno diseñe la forma de abordarlos, irá ganando la credibilidad y respeto de la población que eligió la oferta política del nuevo gobernante.
Obviamente, ninguno de los temas se va resolver de la noche a la mañana, solo porque se da un cambio de gobierno. Eso debe estar y quedar claro en la mente de los colimenses, cuando menos de los que conscientemente y por convicción eligieron al nuevo gobierno. No, el asunto es de fondo. El estado de Colima, al igual que muchas de las entidades del país, registra un deterioro en casi en la totalidad de los temas de la agenda política, elementalmente en el párrafo anterior y revertir la situación, no será nada fácil.
Lo que la gente esperaría es que no se empiecen a dar excusas en torno a lo complicado de la situación, con el argumento de que no le corresponde o que fueron asuntos de gobiernos anteriores. Son y serán por los próximos cinco años y nueve meses, su responsabilidad. Atrás deben quedar ya los discursos de campaña, eso ya es pasado. El presente es ahora y el ahora indica que es hora de gobernar en el presente, con un discurso del presente, para cambiar el futuro.
Independientemente del nuevo estilo de gobernar que impondrá el nuevo gobierno, sería deseable que se empezara por revisar lo que es factible realmente de llevar a cabo de la oferta política de la campaña electoral; que se vaya haciendo un inventario real de los recursos, en todos los órdenes, con los que cuenta el estado y el gobierno para la transformación futura de la entidad y que a partir de allí, se haga un prediseño de lo que se podría plantear preliminarmente a la sociedad y que este prediseño, se tome como base para la construcción del proyecto de Colima a futuro, o como he titulado este escrito: el Rumbo de Colima 2020.
El horizonte 2020, obviamente es menor en un año a la duración del periodo sexenal de gobierno que está por iniciar, pero lo planteo en esos términos, porque realmente serán cinco los años con los que efectivamente contará el gobierno entrante, de acuerdo a nuestra tradición de los periodos efectivos de gobierno no solo en la entidad sino en el país, en general. Cinco años, pueden ser pocos o muchos, dependiendo de lo que se proponga hacer el nuevo gobierno.
Por el bien de la sociedad colimense, se esperaría que el rumbo de Colima 2020, sea factible, objetivo y real. Que no plantee metas ni objetivos desaforados, o peor aún, que pretenda plantear horizontes de tiempo al 2030 o 2050, a sabiendas de las restricciones políticas que le imponen los periodos de los mandatos constitucionales de gobierno. Esto no significa que no se piense en establecer las bases para una posible transformación estructural del estado en el largo plazo.
En fin, la presente nota, más que decir al nuevo gobierno lo que lógica y naturalmente debiera de estar pensando hacer, cuando en unas horas asuma la responsabilidad de llevar las riendas del gobierno, son con la intención de que esté consciente que, a partir de ese momento, tendrá la oportunidad histórica de reivindicar a la política, cuando se gobierne con rumbo, honestidad, responsabilidad, objetividad, equidad, sabiduría y sensibilidad social, parece mucho pedir, pero eso es lo que mínimamente espera la sociedad colimense de su nuevo gobierno.