México.-La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la microcefalia es una malformación neonatal caracterizada por una cabeza de tamaño muy inferior a la de otros niños de la misma edad y sexo, o que deja de crecer después del parto.
Aunque todavía no está demostrado, los investigadores estudian la posible relación entre el reciente aumento de los casos de microcefalia en recién nacidos y la infección por el virus de zika durante el embarazo.
Las causas más frecuentes son las infecciones intrauterinas como: toxoplasmosis, rubéola, herpes, sífilis y VIH, pero también ocurre por exposición a productos químicos tóxicos o por consumo de alcohol y tabaco.
Hasta ahora, la forma más fiable de determinar si un niño tiene microcefalia es medir su perímetro craneal 24 horas después del parto, compararlo con los patrones de crecimiento de la OMS y seguir midiendo el ritmo de crecimiento de la cabeza en la primera infancia.
Los niños nacidos con microcefalia pueden padecer convulsiones y presentar discapacidades físicas y de aprendizaje.
Pese al avance de la ciencia, aún no hay tratamiento ni pruebas específicas para determinar si un niño nacerá con microcefalia, aunque a veces la ecografía en el tercer trimestre permite identificar el problema.
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