Colima.-Este sábado 12 de marzo, la alpinista mexicana, Karla Wheelock, dictó la conferencia magistral del VIII Congreso Multidisciplinario de la Universidad Mutitécnica Profesional.
Ante más de 900 estudiantes reunidos en el Teatro Universitario «Coronel Pedro Torres Ortiz», la primera mujer latinoamericana en escalar el Monte Éverest, madre, empresaria, escritora y conferencista, exhortó a los asistentes a soñar y actuar en grande, a salir de su zona de confort para entrar a la de aprendizaje .
«Dicen que solamente vale la pena vivir por lo que estás dispuesto a dar la vida», afirmó.
Al relatar su experiencia como alpinista, recordó que cuando comenzó a practicarlo, desconocía el trabajo y conocimiento que ello implicaba, fue entonces que comenzó a buscar a alguien que la enseñara, y lo que más encontró, fue personas que le dijeran que esa actividad no era para ella, recordó así la primera vez que escaló el Popocatéptl.
«Ahí no importa si eres mujer, hombre, alto o bajo, lo único que importa es tu capacidad de dar un paso más», subrayó.
Tiempo después de comenzar a practicar el montañismo, se dio cuenta de que lo que ella consideraba un triunfo, como haber escalado el Popocatéptl, había sido sólo un entrenamiento para vivir nuevas experiencias.
Fue así que comenzó a practicar con un grupo de alpinistas que con frecuencia subían montañas para mejorar su rendimiento físico, un día, permitieron a Karla, la más novata de todos, acompañarlos a escalar una montaña de más de 7 mil 500 metros de altura.
«Uno de ellos los convenció, les dijo que aunque no era la mejor, era bueno que fuera porque era la única mujer y podía cocinar», añadió
Karla Wheelock afirma que parte de su entrenamiento consistió en tomar conciencia de sus pensamientos permitimos, para dejar los positivos y desechar los que considerara basura.
«Cuando me decían que no sabía nada de espeleología, preguntaba dónde estudiar, cuando me decían que una ruta era equivocada, buscaba una correcta (…) comprobé que la gente normal, podía llegar a hacer cosas grandes».
Tiempo después comenzó a dar clases de montanismo a un grupo de niñas, y en una de las excursiones, una de las alumnas le reclamó por ser una maestra de alpinismo que no había escalado la montaña más alta del mundo, el Éverest.
Esa misma alumna le ofreció el ahorro de sus domingos para que pagara su vuelo al continente asiático y pudiera escalar la montaña más alta del planeta Tierra, entonces, comenzó su preparación para ir.
La primera vez que lo intentó, en el año de 1998, se quedó a 80 metros de la cima, esto sucedió porque uno de sus compañeros no llevó la cuerda necesaria para poder escalar con mayor seguridad, entonces, tuvieron que regresarse, pero aseguró que regresaría.
Un año después, el 27 de mayo de 1999, comenzó nuevamente esta aventura acompañada de varios alpinistas.
Recuerda que en el camino, algunos bromeaban sobre qué parte del cuerpo les sería amputada por los efectos negativos que les causaría subir los 8 mil 848 metros de esta montaña.
Tras varias horas de esfuerzo, de caminar entre la nieve y contra el viento, de asegurarse a sí misma que podía lograrlo, finalmente estaba a unos metros de la cima.
Le pareció extraño ver en la cima a uno sus compañeros, se preguntaba porqué estaba sentado ahí si todos tenían conocimiento de que estar varios minutos en la punta de la montaña era de alto riesgo para la salud, con la posibilidad incluso de causarles una embolia, pero Karla tuvo su respuesta una vez que escaló el último metro del Éverest, pues cuando llegó, fue abrazada por su compañero.
«Me di cuenta de que no vale llegar a la cima si estás sólo, el éxito es mejor compartido».
Minutos después, con apoyo de su teléfono satelital, llamó a su madre para avisarle de su logro.
«Ella me enseñó que logrando las pequeñas cosas, avanzas a lo grande», dijo.
En la actualidad, Karla Wheelock cuenta con una fundación que apoya a niñas de escuelas públicas para realizar proyectos en beneficio de su comunidad, facilitando las condiciones para que ellas también tengan oportunidades para alcanzar sus sueños.
Antes de concluir su conferencia, que fue el evento final del Congreso, la alpinista mexicana exhortó a los estudiantes a verse como alpinistas y definir cuál es el Éverest que desean alcanzar.
«La montaña sólo es un medio para que tú te conquistes, no se conformen con un cerro, suban un Éverest en todos los aspectos de si vida», enfatizó.
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