Jalisco.- Este jueves 7 de abril, personal de la Jefatura de Investigación Científica y del área operativa de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos Jalisco, a bordo del helicóptero XC-LJO del escuadrón táctico aéreo del Gobierno del Estado, realizaron un sobrevuelo de observación al Volcán de Fuego de Colima con la finalidad de monitorear y analizar la evolución y condiciones del cráter volcánico.
Durante el sobrevuelo, se observó el crecimiento del cráter interior con respecto al observado el 29 de febrero, el cual ha cambiado constantemente su estructura, pues el domo de lava que se había formado, ha sido reducido a escombros de roca y ceniza producto de las continuas exhalaciones.
De igual forma, el escarpé (pendiente) interior oeste del cráter principal, registra importantes derrumbes de sus paredes, dejando depósitos de alud, además, las laderas superiores que hasta diciembre estaban cubiertas de lava, han desaparecido y suavizado por la capa de ceniza.
Finalmente, se identificó una importante actividad fumarólica en el sector sur y sureste del cráter y se constató que se mantiene una intensa actividad de exhalaciones que podrían alcanzar los 2,500 metros de altura.
Es importante mencionar que las exhalaciones de gran magnitud, no han representado peligro para la población y actividades en la zona que se realizan fuera del perímetro de alto riesgo establecido en el mapa de Peligros volcánicos de la UEPCyB Jalisco.
Tras analizar la información recabada, se prevén los siguientes escenarios:
1. Que el domo llene el cráter y forme de nuevo derrames de lava como los ocurridos durante los años 2014 y 2015.
2. Que la lava se extruda en las laderas superiores y pueda volver a formar flujos piroclásticos tipo Merapi, como el 11 de julio de 2015.
3. Que este domo se destruya por una o varias explosiones, formando columnas eruptivas capaces de generar flujos piroclásticos.
4. Que continúe este proceso de destrucción paulatina del domo, provocado por las diarias exhalaciones que manifiesta el volcán.
La UEPCB seguirá con la vigilancia y monitoreo permanente de la actividad volcánica las 24 horas los 365 días, de igual forma, se mantiene la zona de exclusión establecida de 7.5 kilómetros a la redonda del cráter del volcán y se exhorta a la población a no acampar en las barrancas que drenan el coloso de fuego.
B.P.