Sólo una ilusión óptica es lo que provoca el efecto de “supuesta atracción” en la Zona Mágica de Comala y no hay ninguna energía extraña o sobrenatural, fue la hipótesis que confirmaron estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima luego de realizar varios experimentos en este lugar como parte de las prácticas de clase que año con año realizan los alumnos.
El propósito es que hagan mediciones y experimentos que confirmen que no hay nada de mágico, que pongan en práctica los conocimientos adquiridos en clase y para acreditar la materia de Física Experimental. “Esta experiencia permite un acercamiento de los estudiantes con el método científico y el razonamiento crítico”, señaló Paolo Amore.
Alumnos de segundo semestre de las licenciaturas de Física y Matemáticas idearon varios experimentos en clase para, ya en campo (Zona Mágica), llevarlos a cabo y “comprobar con el método científico lo que sucede o no sucede aquí, pues existe la creencia popular de que hay alguna fuerza electromagnética o energías sobrenaturales que provocan que las cosas vayan en el sentido contrario de como se ve la pendiente”, expresaron algunos estudiantes.
Con diversos instrumentos como péndulo simple, plomadas, cañones y mediciones del terreno, GPS, entre otros, divididos en cuatro equipos y apostados en la lateral construida ex profeso que va de Suchitlán a Comala, dedicaron varias horas a comprobar lo que ocurre en dicho lugar.
Uno de los equipos, conformado por Carlos, Mónica, Darío, Miguel y Manuel realizó una serie de mediciones a lo largo de 110 metros de carretera aproximadamente, para ver hacia dónde corre la pendiente: “Registramos las alturas e hicimos un diagrama de las pendientes con líneas para marcar cómo baja o cómo, de repente, es menos inclinada”.
“Comprobamos que no hay absolutamente nada extraño en este lugar y que es una ilusión óptica; no hay un efecto gravitatorio, magnético ni nada por el estilo”, comentó uno de los estudiantes.
El equipo compuesto por Bernardo, Karla, Brenda, Elihu y Jorge utilizó una manguera transparente a la que le pusieron agua para obtener el nivel de ésta, y midieron cada lado. Con esto comprobaron que la pendiente no está inclinada hacia el norte como mucha gente lo percibe, sino que lo está hacia el sur. La ilusión óptica se debe al cambio de las pendientes, está muy inclinado hacia el sur y luego se endereza un poco, casi plano, y luego baja otra vez”, indicó uno de los integrantes.
De igual manera, otro de los equipos integrado por Ángel, Jaime, Javier y Yahir realizaron varios experimentos; uno de ellos fue con péndulos: “Al ver cuánto tiempo el péndulo tardó en hacer un ciclo, con una serie de ecuaciones, calculamos la gravedad y comprobamos que no hay ninguna anomalía en ésta”.
“Posteriormente, con otro aparato vimos que no se afecta el movimiento del péndulo y por lo tanto no hay ningún campo magnético. Asimismo, para el tema energético, aplicamos un concepto que en Física se refiere a la conservación de la energía, de tal manera que a través del péndulo comprobamos que la energía potencial de éste es la misma que al llegar al punto de partida, o sea, que no interviene ninguna energía extraña”, dijo uno de los alumnos.
“La gente tiene tres suposiciones al venir aquí; la primera es que se invierte la gravedad, otra que hay un campo magnético, y una tercera asegura que hay una energía extraña que empuja las cosas. Con estos experimentos nos dimos cuenta de que sólo se trata de una ilusión óptica; si quitáramos todos los elementos que hay alrededor, podríamos darnos cuenta de que la inclinación de la pendiente es hacia el sur”, añadió.
Por último, César Terrero dijo que en la Zona Mágica la gravedad funciona igual que en cualquier otra parte del planeta Tierra: “No hay ningún tipo de energía que no sea la debida a la acción de la gravedad. Lo que hicieron los estudiantes descarta que haya energías raras, pues también fueron a comprobar que no existe nada raro desde el punto de vista de la Física”. BP