UNIVERSIDAD Y NEGOCIOS
CARLOS OROZCO GALEANA
El miércoles pasado la Universidad de Colima, en su campus Tecomán, inauguró el Entrepreneur Challenge Tecomán, con el propósito de comunicar a jóvenes alumnos elementos básicos orientados a forjar en ellos una conciencia para afrontar el reto de un proyecto emprendedor como parte fundamental de su proyecto de vida, un esfuerzo que apoye también la mejoría de la vida familiar y comunitaria, que genere empleo e impulse la productividad y competitividad del mercado.
Desde hace tiempo, la Universidad procura que los estudiantes evolucionen en su pensamiento y actitudes haciéndoles ver que más allá de obtener un título o un empleo en cualquier área, hay una oportunidad de trascender mediante el emprendedurismo, esto es, mediante una visión de negocios y en el corto plazo y con una gran confianza en sí mismos. Esta política universitaria evoluciona para fortalecer estructuras académicas que impulsen la creatividad de los estudiantes.
Uno de los organizadores en aquel evento dijo a los jóvenes que uno de cada tres egresados no tiene trabajo y de los que lo consiguen, la mitad no trabaja en su área, lo que es sin duda un gran desperdicio de recursos sociales que se invirtieron no tan eficazmente en una formación que se ansiaba productiva. Un dato más: sólo tres jóvenes de cada cien labora en negocios de los padres y esa misma cantidad de personas es la que pone su propio negocio. Baja proporción.
El emprendimiento pude definirse como “una herramienta transversal que caracteriza la efectividad de los sistemas económicos del siglo XXI. Es el gen diferenciador que potencializa el crecimiento de todas las naciones, alimentándose del desarrollo de negocios y oportunidades con visión innovadora, capaces de captar los altos estándares.
Sin embargo, hay un entorno económico difícil del país, que ha tenido un desempeño mediocre de un 1.6% promedio los primeros diez años del siglo actual. Igualmente, otro dato fija que México pasó en el aspecto de competitividad económica del sitio 33 en el 2000 al 48 en el 2007 y al 60 en el 2009, de un total de 132 países.
Por ello, la universidad ha de ocuparse en acercar a los estudiantes conocimientos que les sirvan para emprender su causa profesional independientemente de los esfuerzos que puedan hacer para enrolarse en el mundo laboral y de la marcha de la economía. Ha de comunicarles, entre otras cosas, las habilidades más demandadas por los empleadores, como es el trabajo en equipo, la honestidad, la habilidad de trabajar en forma independiente, resolver problemas, etc.
No es ocioso apuntar en estos comentarios el asunto del desempleo que tanto preocupa a gobiernos y sociedades. Según la OIT, 8 millones jóvenes latinoamericanos están desempleados y otros 27 millones están trabajando en la informalidad. De hecho, 6 de cada 10 jóvenes con empleo en la región están en el mercado informal.
¿ Preparan para el trabajo nuestras universidades en América Latina ? Responde así la experta Wendy Cunningham: Hay universidades latinoamericanas de clase mundial que preparan a los estudiantes para el mundo moderno del trabajo en áreas diversas. Pero hay demasiadas de baja calidad que prometen a sus estudiantes un futuro que no les podrán dar. Muchas de ellas no están conectadas con el mundo laboral y ofrecen carreras que no son demandadas o enseñan habilidades que no están al nivel de lo que se necesita en el mercado.
Sabidos estos argumentos, es importante que la Universidad de Colima oriente eficazmente a sus estudiantes para que tengan claro el horizonte laboral y sepan cómo es la realidad, facilitándoles a la vez la adquisición de una visión amplia de sus posibilidades mediante la creatividad y la innovación. Enseñando se aprende.