En días pasados, en la sala audiovisual de la Biblioteca de Ciencias “Miguel de la Madrid Hurtado” de la Universidad de Colima, se presentó el libro “Redes intelectuales transnacionales en América Latina durante la entreguerra”, compilado por Alexandra Pita González, profesora-investigadora del Centro Universitario de Investigaciones Sociales (CUIS) de esta casa de estudios.
Francisco Delgado Aguilar y Omar Ávalos Chávez, comentaristas, coincidieron en puntos de vista positivos respecto al contenido y la metodología utilizada para realizar las investigaciones que integran el libro.
En su turno, Pita González explicó que el trabajo de investigación histórica sobre redes intelectuales tiene parte de su fundamento en la revisión de documentos que revelan que los intelectuales están vinculados y muestran cuál es su grado de vinculación.
Por ello, continuó la investigadora, “la correspondencia y el vínculo epistolar son muy importantes, ya que a través de esa relación comienzan a aparecer las cuestiones que explican por qué se crean las redes; entonces, el eje se desplaza hacia el tema de la circulación de las ideas, es decir, el fin de toda red en función de los intereses específicos es que haya una circulación de capitales, dinero, mercancías, influencias, favores, etcétera”.
En el caso de la red intelectual, “lo difícil es que todo es inmaterial; lo que circula por esa red son ideas y conceptos. Es complicado cuantificar y analizar las opiniones. Por eso, el estudio de redes había impactado primero en otras áreas, por ejemplo en la historia económica, pues es más fácil medir cuántos barcos salían de Sevilla y llegaban a Veracruz, y cómo, además, ese comercio surgía a partir de un acuerdo entre casas comerciales de distintas secciones”, agregó la también doctora en Historia por el Colegio de México.
Poco a poco, continuó la experta, el interés fue migrando hacia otros ámbitos más problemáticos, como la historia política: “Así, los historiadores se han interesado en la integración de las famosas alianzas matrimoniales en la nobleza, que también son parte de una red. Luego se interesaron en áreas más complejas como la historia de la población y la demografía histórica para estudiar la inmigración, es decir, cómo los migrantes tienen una lógica de redes y por qué se mueven hacia determinados lugares”.
Para finalizar, Pita González dijo que las redes en América Latina generalmente son transnacionales, lo cual choca con la mentalidad de muchos respecto a la estructura política: “Siempre pensamos a nuestros países a partir de la construcción de la nacionalidad hacia adentro. Al margen, lo que se muestra en el texto es que los intelectuales latinoamericanos rompían con ese esquema debido a la lógica de las esferas de poder, que obligaban a superar los límites nacionales y a un Estado latinoamericano opresor y autoritario, que no permitía la expresión de otros actores sociales”.