“La violencia, desde distintas perspectivas, ha generado un alto en las sociedades democráticas, por lo que es necesario que empecemos a reflexionar qué sucede en un Estado de Derecho donde la tolerancia y la pluralidad tienen que ser los elementos centrales”, compartió el titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), Santiago Nieto Castillo, durante la conferencia “Violencia política de género”, que impartió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima.
En este sentido compartió, previo a la firma de convenio del Programa de Trabajo en Materia de Capacitación, Difusión y Divulgación para Prevenir la Comisión de Delitos Electorales, que es indispensable revisar el pasado democrático para que México y América Latina configuren el camino que deben seguir en estos temas.
Nieto Castillo comentó que en México la polarización política, los grupos sociales, la delincuencia organizada y la violencia política de género han provocado que las nuevas generaciones no crean en las instituciones públicas ni en el sistema tradicional; “para nuestra generación, este sistema tenía una centralidad en los aspectos vinculados con la democracia; sin embargo, a las siguientes generaciones, las instituciones y los derechos políticos en realidad no les dicen nada”.
Dijo que se ha percibido una gran polarización política en los procesos electorales por parte de los partidos políticos en la sociedad, y que se han generado confrontaciones físicas, así como la destrucción de paquetes electorales y la toma de consejos y juntas distritales por parte de grupos sociales en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, “que tienden a visibilizar sus posiciones políticas con base en el ataque a las instituciones”.
Mencionó que la delincuencia organizada, con el financiamiento ilícito de las campañas, ha vulnerado la estructura básica y provocado el homicidio de candidatos y funcionarios públicos; “esto debe llevar a repensar cuáles son los límites de los procesos democráticos”, aseguró.
Compartió que la violencia política de género también debe replantearse, pues si bien la primera generación de feministas dio el primer paso al derecho al voto de las mujeres, también abrió líneas que vulneran sus derechos, no sólo en aquellas que buscan puestos de elección popular, sino en cargos como magistradas, consejeras y funcionarias.
“Se han visto casos de obstaculización en el adecuado ejercicio, donde no se le da el mismo valor al dicho de un magistrado que el de una magistrada, o de un consejero que una consejera; por supuesto, se han dado pasos importantes, pero debemos seguir avanzando”, afirmó.
En este sentido, dijo que actualmente existen doce iniciativas sobre estos temas en la Cámara de Senadores y que se está discutiendo un dictamen para modificar la Ley de Acceso a una Vida libre de Violencia, de partidos políticos y delitos electorales, con la finalidad de tipificar la violencia política de género.
Insistió en la necesidad de revisar el desarrollo de las sociedades democráticas del mundo para repensar el futuro de los países, pues el desarrollo de las democracias generó promesas que no pudo cumplir; por el ejemplo, el desarrollo económico: “En virtud de que la libertad comercial y contractual se desarrollan mejor en los países democráticos al haber mayor flujo de recursos, se iba a tener mayor desarrollo, pero esto no pasó así”.
Si no se revisa el pasado, comentó, “¿cómo explicamos el NO de Colombia y el Brexit de la Unión Europea?, ¿cómo explicamos el triunfo de un discurso altamente misógino, discriminador y racista como el de Donald Trump? Creo que nos conviene revisar nuestro pasado democrático”, finalizó. BP