Por Ruth Holtz*
Muchas personas sufren por el carácter que tienen. Generan conflictos, son difíciles para adaptarse o hipersensibles. También hay quienes no pueden controlar su ira y explotan de todo. Algunos son miedosos al grado de ver que la vida desfila afuera y ellos no inician nada. Están atrincherados en su casa esperando lo peor. Otras personas son indecisas, hacen que otros tomen las decisiones, culpabilizan. Las berrinchudas son otro género de personas que no saben qué hacer para controlar a los demás y siempre imponer su voluntad así que arman un berrinche si alguien se atreve a contrariarlas o no llenan sus insaciables deseos. Etcétera, pues el desfile de problemas de carácter es inmenso. En psicoterapia se pueden enfocar principalmente de dos maneras.
Una, algunos problemas de carácter son consecuencia directa de las vivencias negativas, traumáticas y/o dolorosas experimentadas en el hogar de origen, generalmente en la infancia, adolescencia y primeras experiencias vitales, como enamorarse, trabajar y/o vivir solos. Se pueden solucionar recontando el pasado de un modo crítico y comprensivo, y con el objetivo no sólo de reconstruir el pasado con una interpretación nueva y más madura, sino para encontrar patrones inconscientes. Éstos consisten en actitudes derivadas de una situación conflictiva a la que se le buscó una solución, la cual se persigue realizar en la vida posterior, pero con otros personajes. Por ejemplo una mujer que tuvo un padre alcohólico que la maltrato podría buscar inconscientemente casarse con un alcohólico con la finalidad de ahora sí hacerse amar y respetar por ese individuo, que en este caso representa al padre en la mente de esta persona y seguramente vivirá el alcoholismo de él como si se refiriera a su propio padre. Todos tenemos conductas motivadas por patrones inconscientes y a veces no son tan obvios. Un proceso psicoterapéutico los revela y los ayuda a manejar o desarticular.
El otra manera de enfocar los problemas de carácter es precisamente como falta de formación en el manejo emocional, en los valores morales y espirituales y en la crianza inadecuada en la que se ha copiado de los padres, sus sustitutos, maestros y otros familiares su forma de reaccionar ante las situaciones, su manera de expresar sus emociones y de resolver o evitar los conflictos. Esta parte implica recibir educación, cultivo del alma, del cuerpo y del espíritu. En esta parte la psicoterapia brinda educación emocional, desarrollo de capacidad de contención a través del trabajo de maternaje, de reconocimiento de creencias y su base psicoespiritual. En febrero iniciaremos nuestro famoso taller de “Formación de carácter”. Interesados inscríbanse. La psicoterapia individual trabaja estos problemas con más detalle y atención personalizada.
* Mtra. Ruth Holtz, Terapeuta psicocorporal, Analista bioenergética, Psicoterapeuta psicoanalítica. Orientadora cristiana. Informes y citas, días y horas hábiles a los tels. 3 30 72 54/044312 154 1940
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