El presidente Felipe Calderón afirmó que en los últimos 10 años México ha cambiado para bien, se ha fortalecido la clase media, se han mejorado las condiciones de vida, su acceso a servicios como la salud, educación, vivienda e incluso ha habido incrementos en las percepciones salariales.
«Es decir, la mayoría de las casas en México hoy cuenta con refrigerador, con televisión, con lavadora y casi la mitad con auto y línea telefónica», afirmó el mandatario en la «presentación agregada» de los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010.
En el patio del Paraguas del Museo Nacional de Antropología e Historia, el Ejecutivo instruyó a los secretarios del gabinete a que analicen los datos y presenten un reporte sobre cómo corregir o adecuar las políticas públicas y con ello mejorar las condiciones de las familias.
«Eso es clave, por ejemplo, para saber si los programas dirigidos a combatir la pobreza están dando o no los resultados esperados, o si debemos ajustarlos o eliminarlos», señaló en presencia de los titulares de los organismos autónomos del INEGI, Eduardo Sojo, e IFE, Leonardo Valdés, legisladores e integrantes del gabinete.
Comentó que la utilidad de este esfuerzo es ahora mayor, pues por primera vez se dispone de información comparativa sobre los indicadores de bienestar y desarrollo en los 125 municipios más pobres del país.
A su parecer, «si hay una causa que une y convoca a la acción conjunta de la ciudadanía es precisamente el crecimiento de las oportunidades, superar la desigualdad, mantener y aumentar el crecimiento económico y la superación de empleos y reducir la desigualdad en la que aún viven, por desgracia, muchos mexicanos, como lo demuestra el censo».
Tras admitir que aún no estamos donde queremos pese a los avances sustanciales, el Ejecutivo urgió a redoblar el paso para alcanzar el México al que aspiramos: «Un México sin miseria, sin comunidades aisladas, sin desequilibrios en el desarrollo regional, un México con mayor escolaridad que ahora alcanza la escolaridad secundaria, un México con servicios básicos en cada hogar, con más y mejor infraestructura para el desarrollo».
Calderón insistió en que en diez años se han fortalecido las condiciones de vida de las familias más pobres.
No obstante, admitió que entre los temas a analizar a partir de los datos ofrecidos por el censo están las causas estructurales de la pobreza que se encuentran, precisamente, en la dispersión poblacional.
A partir del dato en el que dos por ciento de familias mexicanas aún no cuenta con energía eléctrica, comentó que la dispersión demográfica, en comunidades pequeñas de dos mil 500 habitantes o 500 y hasta 50 habitantes, plantea problemas de política pública y de capacidad de operación como el hecho de llevar agua potable o electricidad a esas regiones.
Con información de Crónica.