Manifestantes yemeníes que exigen la renuncia inmediata del presidente Alí Abdulá Saleh prometieron escalar las protestas callejeras, al tiempo que aumentaba ayer la confusión sobre la intención del mandatario de cumplir su compromiso del sábado de dimitir en el transcurso de las próximas semanas.
Saleh ha gobernado por casi 33 años el empobrecido Estado de la Península Arábiga y el sábado aceptó una iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) que llevaría a su renuncia, un mes después de la firma de un acuerdo con la oposición; dos meses después se celebrarían elecciones parlamentarias y presidenciales.
Hata ayer no se habían hecho anuncios sobre cuándo y cómo se formalizará el acuerdo. La principal coalición opositora acogió el plan, pero dice que sigue negociando con mediadores del CCG y de Estados Unidos sobre su papel en un gobierno de transición.
La cadena británica BBC difundió una entrevista con Saleh, quien anunció que sólo entregará el poder a quien sea elegido en las urnas, pero no fijó plazos para los comicios, aunque se mostró dispuesto a adelantarlos.
Las declaraciones de Saleh arrojaron mayor confusión al panorama político yemení. “¿A quién debería transferir el poder? ¿A aquellos que están intentando hacer un golpe? No. Lo haremos a través de las urnas”, dijo Saleh en entrevista con la BBC, reproducida por la agencia oficial de noticias SANA. Aunque en la entrevista con la BBC Saleh se compromete a dejar al poder a quien sea elegido en las urnas, en ningún momento determina si será en los plazos de la iniciativa del CCG, aunque sí abre la posibilidad de que los comicios puedan ser adelantados.
Saleh insistió en que cualquier transferencia se haga de acuerdo con el marco constitucional y el deseo de las mayorías, y dijo que los manifestantes de la oposición “son una minoría y deberían seguir los deseos de la mayoría, bajo reglas democráticas”.
Aprovechando los temores occidentales y del Golfo sobre la presencia de Al-Qaeda en Yemen, Saleh agregó que el grupo tenía presencia entre unidades renegadas del Ejército que protegían a los manifestantes en Saná.
“Al-Qaeda se está moviendo a través de las unidades del Ejército que actuaron ilegalmente”, indicó.
La oposición, por su parte, se ha mostrado dispuesta a aceptar casi toda la propuesta del CCG, menos lo referido al gobierno de unidad nacional.
Mientras, los jóvenes yemeníes, agrupados en la llamada Comisión Organizativa de la Revolución Juvenil del Yemen que encabeza las manifestaciones, amenazaron ayer con una “escalada” en sus protestas si Saleh no abandona el poder sin condiciones.
Miles de personas salieron a la calle en distintas ciudades del Yemen para pedir que Saleh abandone el poder. En Saná, dos marchas recorrieron las avenidas de la capital y luego retornaron a la plaza Al Taguir (el cambio) en la Universidad de Saná, sin que se produjeran actos de violencia.
En Taiz, al menos cuatro personas murieron en choques durante otra manifestación, según una fuente de los servicios de seguridad.
“Hay mucho resentimiento entre los jóvenes porque la oposición aceptó esta iniciativa (del CCG)”, indicó a Reuters Abdulhafez Muajeb, líder de un movimiento de protesta en el puerto de Hudaida en el Mar Rojo. “De nuestra parte, escalaremos las protestas hasta que forcemos al presidente a renunciar inmediatamente”, aseveró.
En una plaza de Saná donde los manifestantes han acampado durante semanas, los activistas gritaban: “No hay negociación, no hay diálogo, renuncia o huye”.
Analistas dicen que los disturbios que anuncian los jóvenes podrían descarrilar el plan de transición.
Con información del Universal