Ciudad de Colima.- Un sustrato geológico específico, caracterizado por la abundancia de rocas volcánicas, propicia el ambiente adecuado para que el agave Tequilana Weber variedad azul se desarrolle, y dé origen a la bebida nacional por excelencia: el tequila.
Son estas particularidades geológicas las que brindan a México la exclusividad de producir la afamada bebida, expusieron en la UNAM expertos del Servicio Geológico Mexicano (SGM).
En la Facultad de Ingeniería (FI), Natalia Amezcua destacó que, además, el paisaje agavero y las antiguas instalaciones industriales de Tequila, Jalisco, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006.
Hermes Rochin comentó que el tequila tiene una denominación de origen: es un producto originario que preserva características de calidad y que es representativo de un medio geográfico exclusivo. En este caso, se trata de prácticamente todo el estado de Jalisco y partes de Nayarit, Guanajuato y Michoacán, así como de Tamaulipas.
En esa zona, peculiar dentro de la geología mexicana, convergen la Sierra Madre Occidental, el llamado bloque de Jalisco y la Faja Volcánica Transmexicana. Ahí predominan las rocas de origen ígneo, es decir, aquellas que se forman cuando el magma o roca fundida se enfría y solidifica.
Esa región del occidente del país posee rasgos geológicos emblemáticos, como los volcanes de Fuego, el Ceboruco, el Tequila y el Paricutín; en contraste, en el oriente predominan las rocas sedimentarias, como rocas carbonatadas del Cretácico. De ahí que la extensión de la denominación de origen hasta Tamaulipas, “desde mi punto de vista, no debió ser”, porque las características geológicas son muy distintas, dijo.
Cuando se habla del tequila, añadió Hermes Rochin en el auditorio Javier Barros Sierra, no se puede dejar de lado la trascendencia de la geología, de los suelos y del relieve en esa planta de agave.
Tequila en las rocas
Amezcua recordó que se considera que el centro de origen del agave Tequilana está en esa región del territorio nacional. Los antiguos mexicanos comenzaron a domesticar la planta hace alrededor de tres mil 500 años; ellos empezaron a procesar el destilado de agave y lo utilizaron, por ejemplo, como fuente de azúcares. Más tarde, la obtención del tequila fue producto de la fusión de técnicas prehispánicas y europeas, principalmente en el siglo XVI.
Las condiciones adversas, refirió, hicieron que la planta sea magnánima y pueda crecer prácticamente sobre las rocas. Se desarrolla tanto en zonas planas como en pendientes de hasta 40 grados, aunque se aconseja que no sean mayores a 10 grados para prevenir la erosión del suelo.
La experta indicó que derivada de la geología viene la generación del suelo: en la región occidental de denominación de origen del tequila abundan los de tipo litosol, que aparecen en escarpas y afloramientos rocosos, como en Tequila, o vertisol, rico en arcillas, como los de la zona de los Altos, en Jalisco. En Tamaulipas se trata de rocas sedimentarias carbonatadas de la Sierra Madre Oriental.
De ahí que también haya diferencias entre las plantas que crecen en un sitio y otro. A la planta no le “gusta” la zona oriental, por eso los agaves tamaulipecos no son tan buenos para la producción de tequila, porque no son ricos en azúcares y crecen muy “fibrosos”.
El agave Tequilana Weber variedad azul no requiere de muchos cuidados; además, tiene la capacidad de sobrevivir en condiciones adversas para otras plantas, precisó la coordinadora de Estudios Especiales e Investigación de la Subdirección de Geología del SGM.
Por último, Amezcua destacó que el material pétreo también ha estado inmerso en el proceso de industrialización o la cadena productiva del tequila, por ejemplo, en los hornos de pozo para cocer las piñas del agave. BP