Miles de residentes de Gaza acudían el martes a los funerales de palestinos fallecidos a manos de efectivos israelíes en la víspera, mientras las fuerzas del Estado judío se preparaban para el previsto último día de una campaña de protestas en la frontera entre el enclave costero e Israel.
Los actos de violencia del lunes en la frontera, que tuvieron lugar en momentos en que Estados Unidos abría su nueva embajada en Jerusalén, resultaron en la jornada más letal para los palestinos desde el conflicto del 2014 en Gaza.
El número de muertos subió a 60 durante la madrugada después que una bebé de ocho meses falleció por inhalar gases lacrimógenos el lunes, según dijo su familia. Más de 2.200 palestinos también se vieron afectados por los gases y tiroteos, afirmaron médicos palestinos.
Líderes palestinos han dicho que los eventos del lunes constituyeron una masacre, mientras la táctica israelí de usar municiones reales contra los manifestantes ha despertado preocupación y condena en todo el mundo.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto reunirse para examinar la situación.
Israel afirma que actúa en defensa propia para resguardar sus fronteras y comunidades. Su principal aliado, Estados Unidos, respaldó esa postura y ambos dijeron que Hamas, el grupo islamista que gobierna el enclave palestino, instiga la violencia.
El martes por la mañana, los dolientes acompañaban a sus seres queridos en funerales en todo Gaza, ondeando banderas palestinas y haciendo llamados a tomar represalias.
“Con nuestras almas y nuestra sangre los redimiremos, mártires”, gritaban.
Las tensiones podrían derivar en nuevos derramamientos de sangre el martes, ya que grupos de palestinos planificaban una protesta para conmemorar la “Nakba” o “Catástrofe”.
El 15 de mayo es el día en que los palestinos lamentan la creación de Israel en 1948, cuando cientos de miles de palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares en hechos de violencia que culminaron en una guerra entre el recién creado Estado judío y sus vecinos árabes ese año.
Una campaña de seis semanas de protestas en la frontera, bautizada “La Gran Marcha del Retorno”, han reanudado los llamados para que los refugiados tengan el derecho de volver a sus antiguas tierras, que ahora se encuentran dentro de Israel.
El Estado judío se niega a conceder el derecho de regresar a los refugiados porque teme perder su mayoría religiosa en el país.
Autoridades de salud palestinas dijeron que hasta ahora 105 habitantes de Gaza han muerto desde el inicio de las protestas y casi 11.000 personas han resultado heridas. Unas 3.500 personas han sido alcanzadas por municiones reales. No se han reportado bajas israelíes.
Más de dos millones de personas viven en la densamente poblada Franja de Gaza y más de dos tercios son refugiados. Israel y Egipto mantienen fuertes restricciones sobre el enclave bajo el argumento de los riesgos de seguridad, lo que profundiza la crisis económica y humanitaria en el área.