Por: Sean Osmin Hamud Ruiz
Sin duda, el desempeño económico, dentro del ejercicio público, es uno de los aspectos que más se observan y preocupan. Basta observar todo lo sucedido en esta materia la semana pasada, para darnos cuenta de hasta dónde la autoridad puede influir en los indicadores que describen esta condición.
A nivel local acabamos de recibir una señal desde el gobierno del estado en este sentido: el nombramiento de Walter Oldebourg como nuevo secretario de fomento económico.
¿Qué podemos interpretar de la misma?
Asumiendo el origen de Walter como hombre de negocios y su desempeño como presidente de CANACO Colima, este perfil debe congratular a la clase empresarial del estado, pues uno de los nuestros tendrá la responsabilidad de encausar las inquietudes de los diferentes sectores productivos privados, teniendo la principal responsabilidad de concatenar éstos con las posibilidades reales de nuestro entorno, diseñando o rediseñando la política pública, para tomar en cuenta todas estas voces, intenciones y anhelos, en beneficios que impacten a las empresas locales y también atraiga inversiones de otras latitudes, que finalmente deriven en un bienestar social.
Como siempre, la responsabilidad de que ello suceda recae en el personaje, pero también en quienes tenemos la responsabilidad de interactuar con él. Dejarlo sólo es garantizar que lograr cualquiera de los objetivos que se definan, será mucho más complicado y en muchas ocasiones, imposible. Invito a mis compañeros líderes de las diversas cámaras y asociaciones empresariales del Estado, que nos propongamos sumar esfuerzos.
Por otro lado, es innegable el aspecto político que viene aparejado a esta responsabilidad. El desempeño de Oldenbourg como candidato a la presidencia municipal de la capital, parecía tener todo en contra y sin embargo, logró posicionarse como un contendiente competitivo. Esto le otorga una base social distinta a la de su entorno inmediato, y también con ellos tiene una responsabilidad que cumplir. No debe olvidarse de todo lo aprendido durante este ejercicio y con esa sensibilidad adquirida, trabajar en la medida de sus posibilidades, en este otro ámbito.
Lo anterior también hace pensar que lo que logre en esta encomienda, tendrá mucho que ver con su futuro como ente político. Creo que especular en estos momentos dónde, es aventurado, pues primero tendrá que dar resultados. En este sentido, hay confianza.
Le deseo templanza y criterio para conducir este específico navío y, como se lo dije alguna vez en corto, que este nuevo trabajo lo haga feliz.