La Ley de Ingresos 2010 aprobada por los diputados podría inhibir un mayor ritmo de actividad productiva, con un impacto negativo en la inversión y el empleo, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
La Ley de Ingresos prevé que el total de recursos disponibles para el sector público será de dos billones 797 mil millones de pesos, monto que si se compara con la cifra propuesta por el Ejecutivo resulta inferior en 26 mil millones de pesos.
Este comportamiento, precisa, se atribuye a la baja de 53.6 mil millones de pesos en los ingresos no petroleros, ya que no se aprobó el impuesto de contribución a la pobreza, y a que en materia de telecomunicaciones la tasa fue un punto porcentual menor, además del efecto en el cambio en consolidación fiscal.
En principio éstas cifras reflejan un entorno complicado para el erario e implícitamente apoya la decisión de fortalecer la dependencia petrolera al corregir al alza en casi seis dólares el precio del barril, lo que se espera le dé al sector público ingresos por 30 mil millones de pesos más de lo propuesto.