Arlene, la primera tormenta tropical de la temporada en el Atlántico, se debilitó el viernes a depresión tropical casi un día después de entrar a tierra en la costa del Golfo de México con fuertes lluvias sobre una gran parte del país.
El ojo de la tormenta tocó tierra el jueves en la madrugada cerca de Cabo Rojo, una zona entre las ciudades de Tampico, en el estado de Tamaulipas, y Tuxpan, en Veracruz. Se espera que la depresión se disipe este viernes.
Las autoridades se dijeron preocupadas de que las fuertes lluvias pudieran causar inundaciones y deslaves en 13 estados.
Arlene alcanzó vientos máximos sostenidos de 100 kilómetros por hora (65 millas por hora) y avanzó a una velocidad de 13 kilómetros por hora (3 millas por hora) el jueves por la tarde, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
En México, la Comisión Nacional del Agua informó que para el jueves por la noche la depresión se encontrada en los límites de los estados de Hidalgo y San Luis Potosí mientras se esperaban lluvias torrenciales en otras nueve entidades, incluyendo la Ciudad de México.
Una lluvia incesante cayó en esa ciudad y en la zona metropolitana, donde el Río de los Remedios, un canal de aguas negras, inundó zonas del municipio de Ecatepec.
El alcalde de Ecatepec, Indalecio Ríos, pidió a los residentes de tres barrios inundados que se trasladaran a alguno de los tres albergues que preparó el gobierno local, informó el diario El Universal.
En el vecino estado de Hidalgo, las lluvias han causado al menos seis deslaves a lo largo de la carretera que conecta al estado con la ciudad de Tampico, Tamaulipas, informaron las autoridades.
En tanto, poblaciones costeras no habían registrado daños graves por los efectos iniciales de la tormenta y sólo se reportó la caída de ramas de árboles, acumulación de agua en calles y una zona de la ciudad de Tuxpan, en Veracruz, sin luz eléctrica, de acuerdo con autoridades de Protección Civil estatal.
«No existen mayores afectaciones, por lo que se espera que al mediodía el fenómeno meteorológico salga de la entidad», dijo el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a través de Twitter. Duarte reconoció el mérito de las medidas de prevención tomadas antes de la tormenta.
Las lluvias fueron bienvenidas en Tamaulipas, donde se padecía la peor sequía de los últimos 50 años. Aún hay daños sin reparar del huracán Alex, de categoría dos, que golpeó la zona el año pasado.
«No hay nada que lamentar y hasta el momento las lluvias han sido muy favorables», dijo Pedro Benavides, secretario de protección civil del estado de Tamaulipas. «Esperemos que siga lloviendo, aunque no con tanta intensidad».
Los pueblos costeros de Veracruz y Tamaulipas al parecer han escapado de daños serios de la tormenta inicial.
En el puerto de Tampico, las autoridades han dicho que hubo inundaciones menores en algunos barrios. Las playas en las ciudades cercanas de Madero y Altamira seguían cerradas y se mantenía vigente una alerta para no permitir la navegación de embarcaciones pequeñas.
Con información de AP