Las autoridades de Irlanda del Norte informaron de serios disturbios en Belfast después de una marcha de miembros de la comunidad protestante.
La policía empleó cañones de agua y balas de goma para tratar de dispersar a los grupos rivales, protestantes –favorables a la pertenencia al Reino Unido– y católicos –que buscan la fusión con Irlanda–.
Una portavoz policial dijo que los agentes fueron agredidos y numerosos vehículos de la fuerza pública resultaron dañados.
Los enfrentamientos sectarios en Belfast de este último mes han sido calificados como los peores de la década.
Con información de BBC Mundo