Estados Unidos.- Los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales en los barcos pesqueros, las piscifactorías y las plantas de procesamiento tienen un grave impacto en la vida diaria de los trabajadores y sus familias.
La relatora especial de la ONU sobre del derecho a la comida, Hilal Elver, dijo al Consejo de Derechos Humanos que se contabilizan al menos 120 millones de personas que trabajan en el sector pesquero y que a menudo son expuestas a condiciones peligrosas y 20 horas de trabajo al día sin un salario digno.
“Por lo tanto, no satisfacen las necesidades básicas de sus familias, incluidos alimentos, ropa, vivienda, educación y atención médica».
Alrededor de 24 mil trabajadores de la industria pesquera mueren anualmente, y muchos más resultan gravemente heridos, incluso de modo permanente.
Las personas que trabajan en piscifactorías sufren a menudo graves problemas de salud debido a la exposición a sustancias químicas tóxicas. Sin embargo, ni ellos ni sus familias reciben compensación alguna porque tienden a trabajar de manera informal fuera de los planes nacionales de protección laboral y social, lo que hace que las familias caigan en la pobreza.
Las mujeres y los niños son invisibles en el sector pesquero
«Las mujeres trabajan en empresas procesadoras de pescado, pelan camarones congelados sin ningún tipo de protección durante numerosas horas al día, en entornos húmedos y con salarios mínimos, la mayoría de las veces incluso como miembros de la familia sin remuneración”.
Añadió que, además, se les pide a los niños que trabajen para ayudar a sus familias en la búsqueda de alimentos, pero que a menudo son explotados como mano de obra barata en los barcos de pesca, sin tener en cuenta los peligros que comporta el trabajo.
Los casos de abuso físico y de explotación laboral en el sector pesquero son generalizados. Los trabajadores migrantes en particular suelen ser objeto de trata y se ven obligados a trabajar en barcos de pesca.
«Estos trabajadores permanecen atrapados en el mar durante años, sin paga y sin contacto con sus familias», agregó Elver, quien explicó que “apenas obtienen suficiente comida para comer” o “el capitán los golpea si piensa que no están trabajando lo suficiente, y en casos extremos, son abandonados en un puerto extranjero o incluso arrojados por la borda».
Los Estados deben proteger a los pescadores
La relatora especial pidió a los Estados a cumplir con sus obligaciones legales de respetar, proteger y garantizar el derecho a la alimentación de las personas que trabajan en el sector pesquero.
Para hacerlo, deben fortalecer la protección legal de esos trabajadores, mejorar sus inspecciones de trabajo, investigar adecuadamente las denuncias de abuso y garantizar que las víctimas de los excesos puedan obtener los recursos adecuados.
«La creciente demanda mundial de productos pesqueros baratos de gran disponibilidad, en particular el salmón, el atún y el camarón, representan un factor común en la búsqueda continua de mano de obra barata en el sector», concluyó la experta.
«Todo el mundo, incluso los consumidores, deben ayudar a mejorar la situación de los trabajadores de la industria pesquera, por ejemplo, comprando pescado cultivado o capturado localmente por pescadoresa pequeña escala/artesanales». BP