Baja California.- La tarde de este sábado 8 de junio se llevó a cabo el «Acto de Unidad en Defensa de la Dignidad de México y en favor de la Amistad con el Pueblo de los Estados Unidos» en Tijuana, donde el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, como lo anunció en redes sociales, no le levanto un puño cerrado a Trump, sino la mano abierta y franca, además de señalar que una vez que se llegó a un acuerdo lo que sigue es cumplir los compromisos.

Previo al evento en su Twitter AMLO había señalado que sostuvo comunicación vía telefónica con el mandatario estadounidense, Donald Trump, a quien le dijo que le ofrecería su mano abierta y franca; además de reiterarle la disposición a la amistad, al diálogo y la colaboración por el bien de los dos pueblos.

Marcelo Ebrard Casaubón, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue el primero en hacer uso de la palabra, destacando el cansancio que tenía por las horas de negociación con los funcionarios de Estados Unidos.

Explicó que si se hubiera impuesto el arancel se habrían registrado caídas de inversión y empleo, dejando a más de 900 mil personas sin trabajo, además de poner en riesgo el Tratado del Libre Comercio.

«Al final del día no podemos decir que ganamos todos los puntos que México planteó, sí logramos lo más importante, que el lunes no habrá incremento de tarifas».

Dijo que desde ese punto de vista se ha tenido éxito, pero estarán vigilantes con la relación de Estados Unidos.

Refirió como acuerdo favorable a México que no se aplique la tarifa.

Listó los puntos ofrecidos a Estados Unidos: que las personas que vengan a México y crucen tienen que registrarse. Guardia Nacional cubrirá frontera sur y norte. EU regresará 8 mil personas que serán respaldadas por México. Se reiteró el compromiso de apoyo al Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica por ambas partes.

«No ganamos todo, pero sí ganamos que no haya tarifas, le dije al Presidente (Andrés Manuel) no hay tarifas pero salimos con la dignidad intacta».

Después habló Amalia Tello, representante de las Comunidades Indígenas, quien citó las palabras del Benemérito de las Américas, Benito Juárez, «Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz», y dijo que se extendía la mano a la paz y al diálogo.

Después hicieron uso de la voz Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas; Alejandro Solalinde, sacerdote y defensor de Derechos Humanos; Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; Francisco Domínguez Servién, Gobernador de Querétaro, presidente de la Conago; Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados.

Para cerrar el acto, hizo uso de la palabra el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien recordó que la política neoliberal de gobiernos anteriores, generó la expulsión de personas de sus lugares de origen, por las pérdidas de empleos.

Dijo que son cerca de 36 millones de personas con vínculos mexicanos, las que en Estados Unidos tienen una importante aportación económica, pero también algunos contribuyen con remesas en México.

Refirió que un millón 200 mil estadounidenses viven en México, por lo que la relación entre ambos países es importante, además del flujo comercial que hay.

«Se trató de una medida que respetamos pero que no compartimos, porque de aplicarse hubiese causado un daño importante en ambas economías, y debilitado la alianza de la región», dijo el mandatario refiriéndose al ultimátum que Trump hizo, sobre imponer un 5 por ciento de aranceles a productos que ingresaran por la frontera de México si no se resolvía el problema migratorio.

López Obrador consideró que abonó la decidida postura de mantener una política de respeto, buena vecindad y fraternidad.

«No abrigamos ni abrigaremos intención alguna de perjudicarlos y estamos resueltos a colaborar con él en todos los ámbitos».

«Acudimos a su comprensión porque el fenómeno migratorio no surge de la nada, es originado por las carencias e inseguridad de los países de Sudamérica».

Mencionó que se estaba colocando a México en una posición incómoda, porque se iban a aplicar las mimas medidas a productos que ingresaran al país desde Estados Unidos, destacando que él está en contra de la Ley del Talión, pero no podía permitir que se atentara contra la economía del país.

«Afortunadamente ayer se impuso la política sobre la confrontación, debo reconocer que hubo voluntad… Por eso no le levanto un puño cerrado, sino una mano abierta y franca».

Reiteró su disposición al diálogo. Reconoció a la delegación negociadora encabezada por Ebrard Casaubón.

Agradeció la solidaridad de todos los mexicanos que no titubearon en manifestar su apoyo en la defensa de la dignidad de México y con mucha madurez política se inclinaron por preservar la amistad con el pueblo de Estados Unidos.

Concluyó que lo que sigue es cumplir los compromisos, por lo que desde la próxima semana se apoyará a las personas que esperen en México la resolución de asilo de Estados Unidos.

Consideró que es casi segura la ratificación en el Senado de la República del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México y reconoció a los medios de comunicación que dijo se portaron a la altura de las circunstancias.

A pesar de que se trataba de un acto denominado de unidad, al ser presentados algunos gobernadores y funcionarios, no faltaron los clásicos abucheos que se han registrado en los eventos multitudinarios del mandatario nacional cuando realiza giras de trabajo por diversas entidades del país.

Cabe destacar que en la presentación de asistentes se nombraron algunos gobernadores que no asistieron como el de Jalisco y del Estado de México.

El mas ovacionado después del Presidente de México, fue el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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