Por primera vez, ante un periodo de crisis, la pobreza extrema disminuyó en nuestro país, por lo que los mexicanos viven hoy mejor que hace dos años, lapso en el que más población tuvo acceso a servicios de salud, seguridad social, educación, vivienda y mejoramiento de vivienda y servicios públicos básicos, gracias a la aplicación eficiente de los distintos programas sociales del Gobierno del Presidente Calderón, informó la delegada de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Esmeralda Cárdenas Sánchez.
De acuerdo con la medición multidimensional de la pobreza presentado por Coneval, la incidencia de pobreza alimentaria y de capacidades disminuyó en dicho periodo, entre los beneficiarios de programas sociales como Oportunidades y Apoyo Alimentario, alineados a las principales carencias sociales para tener mayor efectividad en su aplicación, otorgándoles una transferencia adicional de 50 por ciento en beneficio de la población rural marginada.
La funcionaria señaló el nivel de pobreza en Colima es el menor del país, al situarse en el último lugar después de Baja California y Aguascalientes.
Resaltó que el programa de 70 y más, benefician bimestralmente a cerca de 10 mil adultos con una inversión anual de 60 millones de pesos.
Indicó que actualmente en el estado cerca de 12 mil hogares tienen piso firme, este año se destinarán más de 16 millones en la construcción de 3009 pisos en 101 localidades, a través del programa de Oportunidades, 23 mil familias reciben apoyo alimentario, becas y económico.
Mencionó que la Sedesol beneficia a las familias que más lo necesitan a través de programas como: Jornaleros Agrícolas, Empleo Temporal, Estancias Infantiles, Rescate de Espacios Públicos, Hábitat, 3×1, PASPRAH, Vivienda, Liconsa, Diconsa.
Esto muestra la efectividad de la política social implementada por el gobierno federal, y aun cuando el país experimentó la mayor crisis internacional de la historia, los niveles de pobreza no se incrementaron en la misma proporción que en otras etapas recesivas.
Y es que, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), pese a que la crisis económica mundial y las dificultades sanitarias provocadas por la influenza AH1N1, entre otros, afectaron los bolsillos de los mexicanos, los efectos en los estratos de bajo ingreso fueron menores, con caídas de 17.8, en el decil X, y de 7.6 y 6.8, en los deciles I y II, respectivamente.
La encuesta señala que la caída del ingreso de la población más vulnerable hubiera sido mayor si no contaran con las transferencias de programas sociales, lo que demuestra la correcta focalización de éstos, ya que en el primer decil, el 40.3 por ciento de los ingresos provinieron de traspasos, principalmente de programas gubernamentales.
Vale la pena destacar que este año el presupuesto para la superación de la pobreza alcanza un récord histórico de casi 1.5 billones de pesos, que representan el 57 por ciento del gasto programable.
Aun con el impacto negativo en los niveles de ingreso de los hogares mexicanos –uno de los rostros de la pobreza– derivado de la crisis internacional, debe reconocerse que hubo avances en el abatimiento de las carencias sociales y la dotación de un piso mínimo de bienestar social, lo que ha permitido que la gente viva con mayor calidad de vida.
Ante la presencia de la mayor crisis internacional de la historia en el 2010, 2.2 millones de personas dejaron de ser vulnerables por carencias sociales respecto a 2008; mientras que 4.2 millones de mexicanos dejaron de tener al menos tres carencias sociales respecto a su situación hace dos años, precisó.
En términos absolutos en 2010, hay un total de 21.7 millones de personas que no son pobres multidimensionales y tampoco son vulnerables, esto es 2.2 millones de personas más que en 2008.
Entre los años 2008 y 2010, a más de 9 millones de mexicanos se les garantizó el acceso a servicios de salud; 3 millones de personas accedieron a la seguridad social; 2.3 millones más que en 2008 viven con calidad de vida y espacios en su vivienda, en tanto que 2.6 millones tienen en su casa agua, luz y drenaje.
De esta manera, los programas de Sedesol han incidido directa o indirectamente en el abatimiento de las carencias y en los niveles de pobreza, y sin las transferencias gubernamentales de los programas sociales el número de personas por debajo de la línea de bienestar mínimo (pobreza extrema) se hubiera incrementado en 3.6 millones de personas.