¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin Hamud Ruiz
Biológicamente el ser humano es una de las especies más vulnerables. Comparados con prácticamente el resto de nuestros compañeros de los diversos ecosistemas, somos muy débiles.
No tenemos garras, nuestro sentido del olfato es sumamente limitado, no producimos de manera natural ningún veneno que nos permita cazar o defendernos; somos lentos, nuestra piel es tan delgada que hasta una asoleada nos deja severamente lastimados. Sin embargo, nos ostentamos como la especie superior.
Equivocadamente atribuimos esta superioridad a la capacidad de raciocino, decimos que a nuestra inteligencia. Pero reto a cualquiera que, con toda su inteligencia, sin herramientas o tecnología, sobreviva algunos días en descampado. Un reto que seguramente muy pocos serían capaces de afrontar y superar.
Pero qué tal que seamos cinco o seis individuos, con distintas habilidades y experiencias; ahí las posibilidades de sobrevivencia se potencializan exponencialmente.
Esta es la historia humana que nos colocó en la cúspide de la pirámide, el trabajo en equipo, la unión de un grupo que hace sinergia y más que sumar, multiplica.
Lo anterior ha aplicado en prácticamente todos los ámbitos del desarrollo humano. Desde la conquista del territorio y pasar de nómadas a sedentarios, hasta los mayores logros científicos o sociales.
Pero todos estos logros antropológicos tienen un talón de Aquiles. Un punto blando que es capaz de carcomer la estructura más consolidada de unión y cooperación social.
Un rasgo que en otras especies también se manifiesta, pero que curiosamente se administra de una forma absolutamente distinta, inclusive en un sentido exactamente en contrario muchas veces de como funciona con los seres humanos.
El poder.
Ello escinde, quiebra, separa, encontroniza.
Divide, superpone, decanta.
Y entre mayor sea la concentración de poder, mayor es su capacidad desmenuzante. En esto no hemos evolucionado. Nuestro ser primitivo sigue dominando las acciones y decisiones en un contexto de lucha en su búsqueda.
Y para muestra, un Moreno botón.