El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viajó hoy a una base de la fuerza aérea en el estado de Delaware para honrar el regreso de los restos de 30 soldados estadounidenses que murieron cuando insurgentes talibanes derribaron su helicóptero en Afganistán.
Obama, tras jurar que no renunciará a su estrategia de guerra, encabezó una delegación de funcionarios que rindió homenaje a los que perdieron su vida en el incidente más letal de las fuerzas estadunidenses en Afganistán.
La visita parecía destinada a mostrar a los estadunidenses, cansados de la guerra, que el mandatario reconoce el costo humano del conflicto en Afganistán.
Obama dio a conocer en junio un plan de retiro de tropas para comenzar a reducir la participación de Estados Unidos en el impopular conflicto, que lleva casi una década.
La última visita de Obama a la Base de la Fuerza Aérea Dover, donde regresan los restos de miembros del servicio exterior estadunidense, fue en 2009, cuando recibió los cadáveres de 15 soldados y tres agentes federales muertos en Afganistán.
Pero esta vez, el Pentágono dijo que no se permitiría a medios informativos cubrir la ceremonia de arribo. Los restos de los integrantes de las tropas aún tienen que ser identificados, debido a la naturaleza del accidente del helicóptero el fin de semana, motivo por el cual las familias no podrían dar la autorización, dijeron funcionarios.
Con información de Reuters
