Creo que lo más difícil de todo ha sido aceptar que soy diferente. Tardé 25 años en descubrir quién soy para perderme en dos años.
En otro momento de la vida me hubiera encerrado en mí misma, hubiera tomado algunas cervezas, fumado varias cajas de cigarros y vuelto a empezar. Ahora no puedo. Ahora he tenido que aceptar el cambio e ingeniármelas para funcionar.
Sí, sé que puede sonar a que estoy haciendo un drama, pero estoy segura que más de alguna mamá que me lee sentirá que «llega a puerto».
A veces me pregunto por qué no puedo ser conmigo misma como soy con mi bebé. Con bebé dejo que las cosas fluyan, no le exijo, descubro quién es y solamente le acompaño.
¿De dónde surgió está necesidad de ser perfecta, de no quebrarme, ni aflojar un solo segundo?
Hoy (que no es siempre) siento que he llegado a perderme a mí misma y no sé cómo encontrarme. Se aceptan sugerencias.
La parte oscura de La Maternidad (y no estoy diciendo que siempre sea así) es aceptar que no soy quien solía ser, pero tampoco sé cómo encontrar del todo a la nueva yo.
No siempre es así, no siempre siento que lo hago mal. No siempre lloro. No siempre hago este drama.
Mi mantra de días malos es “Hoy no es siempre. Todo llega y todo se va”.
En ocasiones me invade la culpa de pensar que con estos ‘momentos malos’ le hago daño a bebé, porque estamos juntas todo el día y se permea de esa energía decaída. Entonces me siento peor, tonta y culpable.
A mí me acompañan algunos familiares y amigos, pero luego reflexiono que existe un mundo de madres realmente solas, so-las, y me pregunto cómo harán ellas.
Acá sé que todo vuelve a la calma cuando logro conectar con el aquí y ahora. El problema radica perder la conexión. Pero, ¿cómo restablecerla si se pierde?
Por ejemplo, ayer estuve jugando con la Infanta. Decía “mami” y yo le respondía con un “mh” acompañado de un levantamiento de cejas, que le hacía reír. La cosa fue in creccendo hasta que terminó retorciéndose de risa. Aquí y ahora. Calma.
¿Cómo lograr eso todos los días?
¿Cómo trasladar esa paz de la yo madre a la yo mujer?
¿Cómo ser una sola?
No sé.
Hoy no es siempre. Hoy terminará pronto. Hoy ya pasaron 19 meses y todo va bien, seguimos vivas.
Todo lo que viene se va y deja consigo algo nuevo.
De lo único que estoy segura es que todo esto nos llevará a un mejor lugar.
A todas las madres solas, un abrazo solidario con “la fuerza de las mujeres rusas” (como compartió recientemente mi amiga Urzula).
Pd. En Navidad, Santa le trajo a La Infanta un cochecito de impulso, pero le gustó más la caja en la que venía envuelto, peeeero me dijo “te amo” por primera vez y esa felicidad será eterna y hace que me olvide del resto.