Escollera
Por: Edgar CAZARES
*De alguna u otra manera los efectos sanitarios de la pandemia del COVID-19 han sabido ser sobrellevados con la estrategia implementada por el equipo de Hugo López Gatell.
Lamentablemente no puedo decir lo mismo de la estrategia política y económica del presidente Andrés López Obrador quien desde mi muy particular punto de vista ha desdeñado a los grandes empresarios –tan solo por ser eso- y ha mal atendido a los medianos y micro empresarios a quienes ha prometido ayudas que al momento no han llegado a pesar de que ya se lleva más de un mes con este esquema de cuarentena.
Cuando el hoy presidente asumió el cargo como tal, cuando rindió protesta, juró gobernar para todos, sin distingos de ninguna clase. Sí, se entiende en parte que se deba dar prioridad a los más vulnerables pero no se debe dejar de lado a quienes tienen más privilegios, máxime si estos han sido conseguidos con el esfuerzo propio, con sudor de todos los integrantes de una familia.
Porque algo que debe preocuparnos además de los propios efectos sanitarios de la pandemia sin duda deben ser los efectos que este fenómeno va a tener en la economía ya no digamos de los que más tienen sino de los que menos tienen que en gran medida dependen de los empleadores, de la parte patronal, esos que al momento ha recibido un portazo a sus peticiones en este momento inédito, de extrema dificultad. Es momento pues de que el mandatario nacional deje de lado esa postura y administre el país sin ningún tipo de distingos y, como él tanto lo pregonó, en sus casi dos décadas de proselitismo, sin clasismos.
APUNTES DESDE LA COSTA
*Para ser sincero siempre he sido un seguidor irredento de la lectura y también de la televisión. Una dualidad que para muchos puede sonar a incongruencia pero ambos hobbys –a la lectura le llamaría yo más bien estilo de vida- me han brindado infinidad de minutos de sano ocio y en más de alguna ocasión de mi soledad. El caso es que en fechas recientes la modalidad de streaming ha abierto una nueva ventana al entretenimiento.
Al igual que la TV tradicional no todo lo que se encuentra en la plataforma mencionada es de calidad. También puede encontrarse muchas cosas de escasa o nula calidad –aunque en gustos se rompen géneros-. Llámese nostalgia o ya sea por ese fenómeno al que los millenials llaman “vintage” en semanas recientes he gozado con la serie llamada “The Last Dance” que, para no incurrir spoilers, es una mirada a la intimidad de aquella generación fantástica y multilaureada de los Toros de Chicago en los 90s.
Dicen algunos, y con cierta razón, que quienes de jóvenes soñamos con ser deportistas de alto rendimiento o personalidades mediáticas y fracasamos en el intento encontramos un refugio o tabla de salvación en el periodismo –insisto, no en todos los casos porque conozco muchos periodistas por vocación, convicción y hasta por nacimiento-. En mi caso muy personal la vida me ha llevado a este fascinante mundo de las ideas por un poco de esto, un poco de aquello pero sobre todo por mi predilección a la buena lectura.
El asunto es que con la mencionada serie –producida y realizada con la calidad y pulcritud que caracteriza a las megaproducciones americanas- he encontrado una manera de sobrellevar este encierro –parcial en mi caso porque hay que salir a buscar la noticia-y he encontrado un pretexto para aspirar a mantener la dosis adecuada de cordura semana a semana.
Hoy día con las redes sociales es muy fácil conocer de los pies a la cabeza a tus ídolos deportivos o artísticos pero en mis tiempos de juventud se conocía a cuentagotas aspectos personales de esa pléyade de héroes en las canchas. Conocer más de Michael Jordan y su tropa, incluso en tonos muy personalísimos –claro, a través de la pantalla- ha sido una delicia. Porque cuando yo veía por TV las proezas del Dios del básquet era simplemente admirarlo en la duela y después nada más. Era como si desapareciera por completo. Así que si tiene esa oportunidad, si es como yo, amante de la crónica deportiva no puede dejar pasar esa oportunidad. Si es fanático de hueso colorado no se lo pierda. Sus comentarios por favor a edgar.cazares.afmedios@gmail.com
