Por Noé GUERRA PIMENTEL*
El sábado por la mañana, justo en la explanada que durante los últimos años orgulloso erigió su petatera, ante más de un centenar de personas entre familiares, amigos, vecinos y autoridades, con la efigie al centro del patrono Felipe de Jesús, apenas a un costado de su fotografía, misma que espectacular se reproducía al fondo en una pantalla electrónica en la que luciendo en su característica actitud reflexiva, se veía su imagen la imagen de don Desiderio Contreras Tene, que en cuerpo presente, bajo el cielo nublado, era así honrado en una ceremonia de justo respeto ofrecida por el ayuntamiento presidido por Felipe Cruz Calvario, a quien le correspondió encabezar la primera guardia, después de las siguientes palabras:
“Hombre de sol y arena, que, habiendo nacido un 7 de mayo de 1931, nos dejó su adiós sin despedirse a los 89 años de edad, bajo el cobijo de su fe, recostado en la intimidad de sus recuerdos y la compañía fiel y amorosa de sus descendientes. Don Desiderio Contreras Tene, el hijo de don Luis y de doña María Guadalupe, desde la madrugada de ayer viernes ya no abrió más sus ojos de profundo mirar. Orgulloso heredero y protagonista principal de nuestra máxima fiesta, con su partida terrenal cierra un capítulo trascendente del arte, la historia y la cultura popular de Villa de Alvarez y de los colimenses.
Gente de trabajo y de mil oficios en los que seguramente se desempeñó para sacar adelante a los suyos, se destacó como campesino en el jornal diario cultivando el maíz y en el de las salinas en Cuyutlán, como salinero. Oficios tan difíciles como históricos de las mujeres y los hombres de esta tierra, de nuestras abuelas y abuelos, de nuestras madres y padres, de quienes nos heredaron sangre vida y todo este horizonte para hacer y crecer como él lo supo hacer, sembrando con su ejemplo y cosechando con su esperanza.
En términos taurinos, fue en 1998, hace 22 años, cuando “Yeyo”, como con cariño y respeto también se le llamaba a este hombre de largos silencios, recibió “la alternativa” de otro recordado villalvarense, don Ramón Cervantes, quien, junto con el propio Desiderio, había abrevado del conocimiento y destrezas como ayudante del experimentado y también muy estimado hijo de esta tierra, don Rafael Carrillo (a) “el tigre”, en su momento el discípulo más avanzado de Maximiano Dueñas, inicial constructor del sueño que, con ese grado de perfección, desde los años cuarenta del siglo pasado cada año se ha hecho realidad y que es nuestro monumental coso taurino.
Desde entonces don Desiderio, como mayordomo de la plaza, por más de dos décadas, con disciplina y templanza se hizo total responsable de la edificación encargándose desde el desplante hasta la terminación completa del icono villalvarense por excelencia, nuestra majestuosa Petatera, patrimonio de todos los colimenses.
Justo es recordar que hace poco más de tres años, en 2017, don Desiderio había cedido ya la vara y el mando a Rafael Contreras Molina, su hijo, a quien saludo con afecto y por su conducto le expreso mi solidaridad a su familia; no obstante, nunca se desentendió, al contrario, como el aprendiz comprometido que se había iniciado hace más de medio siglo, aun en febrero, hace tres meses, desde la primera luz de cada amanecer nuevamente estuvo antes que todos para iniciar los trabajos hasta concluirlos con la colocación de la tabla final, para entregar puntualmente la obra, nuestra joya arquitectónica más valiosa y orgullo legítimo del pueblo villalvarense.
Reconocido por las más representativas instituciones sociales del arte y la cultura del estado, como la Universidad de Colima, el poder legislativo y el ejecutivo estatal, entre otros, propios y extraños, así como el ayuntamiento en diferentes administraciones, el último alarife de la Petatera, don Desiderio Contreras Tene, como entrañable maestro, se ausenta con el principal reconocimiento que se pueda alcanzar en vida, el de su gente, el del pueblo que lo vio nacer, que lo forjó y lo hizo hombre de bien, al mismo pueblo que con entrega y talento él supo halagar y que, desde hoy, en su despedida final, seguramente y para siempre, con admiración y recuerdo de gratitud, con respeto y justicia, lo sabrá honrar. Descanse en paz”.
*Cronista Municipal de Villa de Alvarez.