Estados Unidos.- Las personas recuperadas de COVID-19 tienen más probabiliad de presentar manifestaciones neuropsiquiátricas como dolor de cabeza, trastornos del sueño y encefalopatía; y psiquiátricas como ansiedad y trastornos del estado de ánimo.
Estas conclusiones se publicaron en el estudio “Espectro de manifestaciones neuropsiquiátricas en COVID-19” elaborado por Departamentos de Neurología, Medicina, y Radiología de las Universidades de Arkansas, Maryland, Staten Island y el centro médico de la Universidad de Arkansas.
El estudio se publicó en la revista médica “Brain, Behavior & Inmunuty”, y fue realizado en mayo de 2020, pero publicado hasta agosto de este año.
Para su elaboración se analizaron pacientes adultos de COVID-19 en la base de datos TriNetX, una plataforma global de investigación clínica colaborativa de salud, recolectando datos de registros médicos electrónicos en tiempo real de una red de organizaciones de atención médica (HCO) desde el 20 de enero de 2020 hasta el 10 de junio de 2020.
Los científicos reportaron que participaron 40 mil 469 pacientes diagnosticados con COVID-19, entre los cuales el 22.5 por ciento, es decir 9 mil 86 personas tuvieron manifestaciones neuropsiquiátricas.
Entre las manifestaciones neurológicas más comunes estuvieron el dolor de cabeza con 3.7 por ciento y trastornos del sueño con 3.4 por ciento, además de la encefalopatía con 2.3 por ciento, accidente cerebrovascular y ataque isquémico transitorio (AIT) con 1.0 por ciento y 0.6 por ciento con convulsiones.
Por otro lado, las manifestaciones psiquiátricas más comunes incluyeron ansiedad y otros trastornos relacionados a esta con 4.6 por ciento, trastornos del estado de ánimo 3.8 por ciento, mientras que el 0.2 por ciento tuvieron pensamientos suicidas.
Los científicos estadounidenses apuntaron que el reconocimiento temprano y el manejo rápido de las manifestaciones neuropsiquiátricas en estos pacientes tienen el potencial de disminuir la morbilidad y la mortalidad en general.
Sin embargo, los médicos también aclararon que aún es muy pronto para establecer una relación entre estos síntomas y las consecuencias a largo lazo para la salud mental de los pacientes recuperados por COVID-19, dada la falta de información individual de cada caso o la forma en la que se accede a la información existente.
“Los médicos deben ser conscientes de estas manifestaciones en pacientes con COVID-19, dada la morbilidad y mortalidad de la afectación neuropsiquiátrica. Los efectos a largo plazo de estas manifestaciones neuropsiquiátricas siguen siendo desconocidos”.
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