El segundo tifón de gran magnitud que azota a Asia logró salir de territorio japonés el jueves luego de provocar deslizamientos de tierra e inundaciones que dejaron al menos 16 muertos o desaparecidos pero que no lograron afectar aún más a una planta nuclear azotada por un maremoto.
Hubo algunos temores de que el tifón Roke podría generarle más problemas a la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi la cual entró en proceso de fusión el 11 de marzo luego de que un terremoto y un tsunami afectaran sus sistemas de enfriamiento. Sin embargo, las autoridades indicaron que la planta logró soportar bien la tormenta sin mayores problemas.
El vocero de la Tokyo Electric Power Co., Hiroshi Kawamata, empresa que opera la planta nuclear, indicó que varias cámaras que fueron instaladas para vigilar la planta se dañaron, pero no han ocurrido nuevas fugas de agua radiactiva o de material nuclear al ambiente.
«No hemos visto más problemas hasta ahora», agregó.
La policía y medios de prensa locales informaron que al menos 16 personas fallecieron o están desaparecidas y en su mayoría fueron arrastradas por ríos crecidos por las lluvias en las regiones sur y central del país.
Una persona falleció en los deslizamientos de tierra en la norteña prefectura de Iwate y otras dos fueron arrastradas en Sendai, en el noreste del país.
El tifón tocó tierra el miércoles por la tarde cerca de la ciudad de Hamamatsu, unos 200 kilómetros (125 millas) al oeste de Tokio y luego hizo un giro hacia el noreste y pasó por la capital antes de generar más daños en la zona devastada por el tsunami.
Roke provocó acumulaciones de hasta 42 centímetros (17 pulgadas) de lluvia en algunas áreas, generando inundaciones y deslizamientos de tierra.
Para la tarde del jueves, el sistema se había debilitado hasta convertirse en una tormenta tropical que logró salir de nuevo a las aguas del océano y se alejó de la isla norteña japonesa de Hokkaido, que no se vio tan afectada como la isla principal de Honshu el día previo.
El miércoles, cientos de sobrevivientes del desastre de marzo, que estaban refugiados en albergues gubernamentales en la localidad de Onagawa, en la prefectura de Miyagi, se vieron obligados a evacuar debido a la preocupación de una posible inundación.
El sistema provocó deslaves de tierra en algunos sectores de la prefectura de Miyagi que ya se había visto azotada por los desastres de marzo.
El gobierno local solicitó la ayuda de las fuerzas de autodefensa de Japón y decenas de escuelas suspendieron sus clases.
Fuertes vientos arrancaron líneas del tendido eléctrico en diferentes sectores y las autoridades señalaron que más de 200.000 hogares en el sector central de Japón carecían de servicio eléctrico.
En tanto, En Tokio, muchos trenes en la hora de mayor tránsito de pasajeros dejaron de circular durante horas por lo que miles de pasajeros se quedaron varados en las estaciones de la capital y tuvieron que hacer largas filas para abordar autobuses y taxis.
Con información de AP