Por Edgar Cazares
*Vaya que si el informe de la alcaldesa Griselda Martínez estuvo a reventar ¡¡¡pero de elementos de seguridad!!! digo, para ser sincero el acto que encabezó la mandataria porteña no pasará a la historia por ser el de mayor o peor asistencia de simpatizantes, pero sí como el más custodiado porque la vigilancia no solo se dio en la plaza del Pez Vela, nombrada para tales efectos como recinto oficial, sino en varias cuadras a la redonda.
Aunado a los más de diez efectivos que a diario escoltan a la ejecutiva municipal en esta ocasión hubo decenas más en el entorno, como parte de una logística para garantizar la integridad de quien dirige los destinos del puerto.
No veo mal que los gobernantes se cuiden las espaldas pero, con todo respeto, me parece una exageración el esquema de seguridad que rodea a la presidenta municipal máxime por la situación grave en este sentido que padecemos casi todos los manzanillenses: el índice de robos a casa habitación y el de la violencia extrema se han disparado de tal forma que ya no se siente lo duro sino lo tupido.
¿Qué se les puede decir desde la sala principal de Juárez No. 100 a las decenas de personas que desearían tener por lo menos un policía o un militar ya no digamos al costado sino ya por lo menos en la cuadra?
Ese me parece que es un desbalance insultante entre las autoridades y el ciudadano promedio y sin duda uno de los principales reproches del pueblo hacia sus gobernantes, alcaldesa del puerto incluida.
*Remitiéndonos estrictamente a los resultados en cuanto a obra y administrativos de la gestión de Griselda Martínez como presidenta municipal de Manzanillo éstos no me parecen del todo malos.
Pero tampoco encuentro mucha diferencia con los trienios –los del neoriberalismo, se regodean en llamar los de la 4T-que le precedieron. Se habló de cifras, estadísticas, números, proyectos y anhelos que me parecen bienintencionados pero que son la seguidilla a una inercia que se arrastra desde hace por lo menos 20 años: presumir obras, acciones y programas que la autoridad municipal no debiera exaltar como un hito sino más bien admitir como una obligación porque a final de cuentas se realizan con presupuesto público, es decir, con dinero obtenido de los impuestos. Se reconocería si hubiera alguna acción que repercutiera en el nivel de vida de los ciudadanos. Pero la realidad es que no hay nada nuevo bajo el sol.
Cuando menos, como reconocimiento a la actual administración, las cosas no han sido peor que en trienios anteriores.
Pero por ejemplo donde sí se puede y debe considerar como un fracaso es en el plano de la política de seguridad y de cercanía con la población.
A pesar de las reiteradas promesas de campaña el baño de sangre, a causa de la violencia imparable, continúa en la ciudad y, lamentablemente, en varias giras de la alcaldesa por las colonias de la ciudad no han sido pocos los encontronazos, verbales, entre ésta y cierto sector de la población.
Es decir el pato tirándole a las escopetas. El patrón -el pueblo- siendo regañado por el empleado –la gobernante-.
Ciertamente ya falta muy poco para la conclusión del actual gobierno local lo que hace más que complicado que los yerros cometidos y malas actitudes que se arrastren vayan a cambiar de rumbo. Pero, insisto, ya falta menos.
*Por cierto no es descabellado pensar que Griselda Martínez pueda separarse del cargo antes de que su compromiso de 3 años concluya: la hoy mandataria porteña se registró de último minuto en Morena como aspirante a la gubernatura colimense.
No sé si la munícipe lo hizo por convicción o de plano como una estrategia para arañar “de lo perdido, lo encontrado”. Esta semana seguramente veremos el desenlace de este episodio.
*Por si alguien tiene la duda. La suplente de Griselda Martínez es la doctora Rosa Cruz Rodríguez quien actualmente funge como directora de desarrollo social y que en alguna época fue dirigente municipal del PRD –hace ya como unos 15 años-. Ella sería, en caso de que la alcaldesa pidiera licencia, la abocada a ocupar el cargo.
APUNTES DESDE LA COSTA
*Todo un éxito el Torneo de Kayak 2020. Es cierto, la concurrencia no batió récords pero se entiende por la pandemia.
Lo que es un hecho es los organizadores del certamen le ponen alma y vida a la organización del mismo lo que hace que la justa sea algo más que una competencia y semeje más bien como un encuentro fraternal de decenas de personas que han encontrado en esta disciplina acuática algo más que un hobby o una coincidencia. Mis respetos para quienes han impulsado el torneo, que todo pinta se convierta en algo que llegó para quedarse. Gracias por su atención.
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