TAREA PUBLICA
Por: Carlos OROZCO GALEANA
Se descorrió el velo entre los partidos políticos inscritos para contender por la gubernatura, alcaldías, diputaciones locales y federales. Dirigentes y operadores políticos han conformado alianzas de ideología y pensamientos variopintos esperando el beneplácito de los electores. Las redes sociales, reflejo del acontecer social y político, dan cuenta de opiniones hablando bien de las alianzas, pero hay quienes no las aceptan, lo cual es lógico en una democracia.
Se consumó una alianza local que hace meses parecía una broma, la del Pri con el Pan y Prd (este es cadáver, aportará pocos votos).Recuérdese que en su calidad de enemigos históricos, los dos primeros, en pasadas elecciones, se dieron hasta con la cubeta, pero ahora se han unido contra lo que consideran una amenaza real al destino y a la estabilidad del México por la forma en que Morena ejerce el poder. A ver cómo les va.
En esa alianza se han unido personajes que han sido centro de la política local durante décadas y protagonizado batallas durísimas por el poder. Los ha unido un problema común: la política avasalladora de Amlo, quien ha venido acumulando poder sin que hasta hoy alguna fuerza organizada se le haya atravesado en el camino y lo haya hecho cambiar su modo de gobernar. El Frenna, por ejemplo, ha sumado un ridículo tras otro. Por estos días, Amlo ha descalificado desde su púlpito mañanero a las fuerzas opositoras “porque se resisten a perder privilegios”.
Es una incógnita cómo se le darán las cosas a esa alianza, como también a la que conforman Morena /Panal y el Pt / Pvem, aunque esta con Virgilio Mendoza dará batalla en varios municipios importantes. Virgilio ha trabajado intensamente los últimos dieciocho meses en su proyecto político, se ha abierto a las causas ciudadanas y espera ser correspondido en las urnas junto a sus demás compañeros que compiten. Respecto a la alianza Morena/Panal, hay un escollo por las protestas que los fundadores han hecho públicas pues consideran que no se les toma en cuenta en las decisiones. Difícilmente se contentarán. La alianza, trunca, con el Pvem y PT, influirá en forma importante en los logros morenistas. Los demás candidatos, los que irán solos, tendrán más dificultades para obtener algo.
En el Pri, acertaron. Trabajaron a conciencia. Luego de algunas vueltas, los operadores políticos dieron con una candidatura que puede significar la victoria electoral. Hace días escribí: Entre los reducidos elementos del Pri, considero que Mely Romero es la mujer más destacada. Es joven y preparada. Fue diputada local y senadora de mayoría, subsecretaria en Sagarpa, secretaria de Gestión Social del Cen del Pri y su último encargo fue el liderazgo de las mujeres. Dije que no se sabía si los que tenían la sartén por el mango ( la alta burocracia del Pri) la rechazarían o finalmente la aceptarían ante el riesgo de que el barco se hundiera por el falso orgullo de algunos o porque no se habían sanado heridas del pasado reciente infringidas supuestamente por Mely a alguno de los que hoy deciden.
Y ahora, agrego a esos comentarios que Mely tiene a su favor más cosas: experiencia acumulada en cargos representativos rindiendo buenas cuentas, tareas administrativas cumplidas a plenitud, y conocimientos y ejercicios en diversas materias. Ha permanecido al margen de la grilla barata que se da en los partidos o en el gobierno. Se ha dedicado a trabajar. Ha sido una de las cinco personas que ocuparon una subsecretaria de Estado. Antes que ella (Sagarpa), lo fueron Miguel de la Madrid (Programación y Presupuesto), Benjamín Fuentes González, (SEP), Socorro Días Palacios, (Gobernación), e Ignacio Peralta (SCT). Tiene un perfil profesional que ha sido contrastado en altos niveles administrativos lo que significa un importante fogueo para gobernar tomando buenas decisiones y, como lo advirtió el jueves pasado Fernando Moreno Peña, habría que agregar que como senadora obtuvo más votos en Colima que el propio Enrique Peña Nieto.
Los tres partidos, Pri, Pan y Prd, han entrado a la historia al ponerse increíblemente de acuerdo en sus intereses, tan disímbolos, pero también por la calidad de la candidata que eligieron. Mely no tiene tropa política atrás de ella, ni tampoco estaba en la agenda como primera opción del grupo en el poder local.
Por su parte, Morena no las tiene nada consigo, como se pensaba. Se va a topar los meses siguientes, en competencia, con una candidata preparada académicamente (Mely), sin casi negativos como ya dije, de discurso estructurado y con una idea firme de lo que tiene que hacer para ganar la gubernatura. Y también, se encontrará con el dueto Pt y Pvem y el combativo alcalde capitalino Leoncio Morán. De cualquier modo, la alternancia está en juego.
Por último, Morena podría “desangrarse” hasta el desfallecimiento total con sus disputas internas, que se asoman no solo en Colima sino en Sonora, Sinaloa, Campeche, Nuevo León y San Luis Potosí. Si libra sus diferencias, podrá hacer valer su liderazgo actual en las encuestas.