Por Edgar Cazares
Morena Manzanillo enfrenta un serio dilema. Además de que su popularidad ha disminuido –no sé si mucho o poco pero no es lo mismo que hace 3 años… por deméritos propios- también hay visos de una silenciosa guerra interna. Porque no solamente aspira –a repetir- Griselda Martínez sino además otras figuras como Rosy Bayardo… y otros –as- por cuyos resultados nulos me resultan fácilmente olvidables.
El caso es que da la impresión de que la hoy diputada federal trae todo el apoyo de los indilovers y en el caso de la aún alcaldesa porteña tienen tras de sí todo el aparato municipal –porque es la que paga, no tanto por su bonhomía y popularidad-.
Dirán que no pero ambas, más los que se agreguen, están recurriendo a las mismas artimañas que tanto le criticaron al antiguo sistema: siguen fusionando al partido con el estado, siguen haciendo uso de programas oficiales para fines clientelares, continúan haciendo uso del culto a la personalidad y, cosa curiosa, gastando a manos llenas del erario público para la difusión de sus actividades e, insisto, de su imagen.
No está mal ni es pecaminoso pero, repito, es lo mismo que le criticaban a sus antecesores del PAN y PRI.
La decisión en este caso está a la vuelta de la esquina y me da la impresión de que a quien elijan será tanto como diferenciar el hambre con las ganas de comer porque en ambos casos los resultados son -¿ya lo mencioné?- los pocos resultados a favor de la población. Porque, es indiscutible, que el Manzanillo del 2018 se sigue viendo casi igual que en este 2021.
No obstante, para alivio de quien resulte favorecida por el dedazo –método que MORENA ha disfrazado bajo el formato de supuestas encuestas-, la o el candidato de dicha fuerza política en el puerto como en el resto del país podrá cobijarse con cierta comodidad en la figura del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, es decir, tal cual hicieron en los comicios de hace casi 3 años cuando la ola AMLO terminó arrasando con casi todo como si de un tsunami electoral se tratara. No es mucho pero es algo de ventaja.
*Dicho sea de paso. Cómo cambian las actitudes de las personalidades políticas. En tiempos de campaña son un alma de dios, mansos corderos, todo un dechado de amabilidad. Pero al momento de cumplir, una vez ganada la confianza de la mayoría, por lo general la transformación es radical. Para resumirlo: ya no se les vuelve a ver.
El caso más célebre –o lamentable, según se le vea- es el del diputado Fernando “Gato” Escamilla quien ganó contra todo pronóstico –aunque con la bendición de la mano e imagen purificadora de AMLO- el distrito XIII y no se le volvió a ver jamás, al grado de que decidió emigrar, ante la andanada de reclamos, al vecino y fresco –como el aludido- municipio de Minatitlán. No obstante ejemplos, malos, como el señalado cunden.
Por ejemplo en el caso de la legisladora Rosy Bayardo abrió apenas hace poco una casa de gestión y, quitada de la pena –quién no ganando lo que gana un político en nuestro país-, declaró que ahí podía ir a verla y a manifestarle cualquier inquietud o problemática quien quisiera. ¿qué no el compromiso de nuestros representantes es ir al campo a conocer los problemas de sus representados? ¿qué no fue esa la promesa de la nueva clase política?.
Pero ya lo he dicho y no resulta ocioso reiterarlo: en tiempos de campaña todo es prometer y en época de cumplir compromisos todo es compromiso y palabrería.
*Es una lástima que ningún gobierno se tiente el corazón con la ciudadanía en esta cuesta de enero.
No he sabido de alguna sola autoridad que, ante las secuelas morales y económicas de la pandemia de COVID-19, haya decidido apiadarse de Juan Pueblo; puntualmente se nos hacen llegar los cobros de agua, predial, holograma, luz, y otros compromisos fiscales que surgen cada arranque de año.
Pero ese comienzo del 2021 es muy diferente –y doloroso- a los demás. Muchos han perdido sus empleos, a algún ser querido y, en no pocas ocasiones, hasta la cordura. Y todavía tener que pensar en mantener la obesa nómina gubernamental. Ni la 4T ha dado muestras de piedad.
APUNTES DESDE LA COSTA
*En días recientes falleció doña Titi Macías, una reconocida y muy querida dama de la zona centro de Manzanillo. Envío mis condolencias a quienes le sobreviven.
En lo dicho: todos debemos seguir cuidándonos y sobre todo prodigando cuidados a las personas mayores. La desgracia está al acecho. Descanse en paz la señora Titi.
Gracias por su fina atención. Comentarios a edgar.cazares.afmedios@gmail.com