Con la entrada en vigor de la veda del camarón en aguas marinas y sistemas lagunarios-estuarinos, así como en aguas abiertas e interiores del litoral mexicano del Océano Pacífico, la captura de jaiba se convierte en una alternativa para mantener la actividad pesquera y el recurso económico en las familias de pescadores.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, resaltó que entre los principales estados con mayor producción de jaiba están Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Campeche y Veracruz.
Los pescadores de estas entidades emplean artes de pesca selectivas y sustentables como las trampas y aros de alambres galvanizados, técnicas que operan a mano, con lo cual se respetan las Normas Oficiales Mexicanas.
De acuerdo con la cifra preliminar anual basada en los avisos de arribo, la producción fue de 39 mil 410 toneladas en 2020 con un valor superior a los 941 millones de pesos, indicó.
En 2019, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán sumaron 46 mil 702 toneladas del producto por más de mil millones de pesos.
El mayor productor en 2020 fue Sinaloa con una cifra preliminar de 18 mil 843 toneladas, mientras que Sonora sumó 11 mil 265 toneladas, Tamaulipas tres mil 957, Campeche con dos mil 386 y Veracruz 1, 203 toneladas.
La jaiba del Pacífico y de la zona del Golfo Caribe es rica en proteínas y baja en grasas, aporta minerales como fósforo, calcio y yodo con beneficio para el sistema sanguíneo, los huesos y el buen funcionamiento de la tiroides. Contiene vitaminas A y D.
Su presentación comercial es variada, puede ser entera fresca congelada, cocida en pulpa, entera fresca enhielada, entera cocida congelada y entera fresca, principalmente. Llega a los consumidores a través de tiendas de autoservicio, pescaderías, restaurantes y food service, entre otros.