EL ARCÓN DE HIPATIA
Por. Saraí AGUILAR ARRIOZOLA
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reportó que cada año 5.4 millones de menores en el país son víctimas de abuso sexual y, en 60 por ciento de los casos, el agresor es una persona cercana a la familia como padres, padrastros, tíos y vecinos. (Milenio 2020).
Esa es la terrible realidad que se ha perpetuado a lo largo de los años. La infancia corre peligro precisamente en el lugar donde debería de estar segura.
El tema, poco comentado en voz alta en nuestra sociedad que prefiere pontificar “las bondades del seno familiar”, y minorizar la violencia doméstica como una realidad palpable y en ascenso exponencial desde el confinamiento, saltó a los medios y redes. Esto, a raíz de las declaraciones de Frida Sofía, hija de la popular cantante Alejandra Guzmán, en torno al supuesto abuso sexual que sufrió de niña a manos de su abuelo Enrique Guzmán y de otras exparejas de su madre.
La opinión pública rápidamente se polarizó entre los que optaban por #YoSiTeCreo o #FridaMiente a la par de videos con los que uno y otro bando trataban de justificar su postura.
Más allá de un juicio mediático, llama la atención la posición de la familia. Un abuelo señalado cuya mejor defensa fue agredir a la nieta cuestionando su salud mental. Asimismo, un día después su propia madre y otros familiares usarían el mismo argumento en contra de ella para desacreditar sus dichos.
Dos tabúes quedaron al descubierto. El aceptar que el abuso sexual puede pasar en el hogar, no del vecino sino en el propio, y el rechazo y desprecio por las personas que atraviesan problemas con la salud mental. Como si ello fuese un estigma.
Asimismo llamó la atención una declaración más del señalado. Enrique Guzmán arremetió contra el entrevistador que dio voz a Frida. Lo amenazó e insultó. Por esa razón el colectivo “Las Brujas del Mar” se refirió al caso de Frida Sofía: “¿Se dan cuenta cómo Enrique Guzmán intenta manipular a Gustavo Adolfo Infante culpándolo de que se haya exhibido como lo que es, un abusador y violador?
A partir de ahí el colectivo realizó una disertación valiosa de la que vale la pena mencionar “Está exigiéndole que respete el ‘pacto patriarcal’, pero lo que no se da cuenta (al parecer) es que justamente está actuando como todos los culpables, haciendo ver a la víctima, en este caso Frida Sofía, como una loca que quiere atención y habla del TLP (Trastorno Límite de Personalidad) que padece, sosteniéndose de su padecimiento para hacerla ver como mentirosa.”
Es de gran relevancia que se pierde la oportunidad de romper el silencio y abordar temas tan trascendentes como el abuso sexual a manos de familiares, la salud mental y el –recientemente popular para algunos– pacto patriarcal. Por el contrario, nos perdemos en vericuetos de chismes y andanadas de insultos dejando entrever la poca relevancia que les damos a esos 5.4 millones de niños abusados anualmente en el país. Y eso… no es un chisme.
Columna publicada con la autorización de @saraiarriozola