El 15 de enero pasado, el oleaje debido a la erupción volcánica submarina frente a Tonga causó un derrame cuando un buque descargaba crudo en las costas de Perú, según informaciones de la empresa petrolera en cuestión. El gobierno peruano solicitó apoyo técnico a la ONU para analizar el impacto socioambiental y asesorar la respuesta.
Una misión técnica de expertos internacionales llegó este lunes a Perú para hacer una evaluación rápida del impacto socioambiental y asesorar a las autoridades en la gestión y coordinación de la respuesta al derrame de petróleo en la localidad de Ventanilla, poco más de 20 kilómetros al norte de Lima, la capital del país.
El grupo de nueve especialistas en la materia fue convocado por la Unidad Conjunta de Medio Ambiente de Naciones Unidas y el Equipo de la ONU para la Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre.
Emergencia ambiental
El arribo de los expertos coincide con la declaración de emergencia ambiental durante 90 días que el gobierno de Perú hizo con el propósito de controlar el vertido ocurrido el sábado 15 de enero cuando un buque petrolero descargaba el combustible para la refinería La Pampilla, operada por una empresa española.
La compañía en cuestión afirma que el derrame se produjo debido al fuerte oleaje producido por la erupción submarina del volcán ubicado frente a la isla de Tonga, en el Pacífico Sur, registrado el mismo día. Las autoridades del país abrieron una investigación por el presunto delito de contaminación ambiental.
La declaración de emergencia ambiental cubre todas las áreas afectadas por el vertido de crudo, que por el momento afecta una extensión de tres kilómetros cuadrados de costa y mar, aunque con las mareas la zona de desastre es mayor.
Mientras la mancha de crudo se desplaza hacia el norte por efecto de las corrientes marinas, las autoridades peruanas han cerrado 21 playas e informaron que las afectaciones incluyen 512 hectáreas en los Islotes de Pescadores de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, además de casi mil 800 hectáreas en la Zona Reservada Ancón.
La misión
El despliegue de la misión de la ONU -compuesta por expertos de Ecuador, España, Francia, Noruega, Panamá y Perú-, responde a una solicitud del gobierno peruano presentada el jueves de la semana anterior.
Los integrantes de la misión son especialistas en evaluación de contaminación y respuesta a derrames de petróleo; gestión de incidentes y planificación de contingencias; química marina; análisis y mapeo de información geográfica; y respuesta humanitaria ante desastres.
El equipo técnico tendrá la tarea de orientar a las autoridades competentes en la gestión de la emergencia y la contención del derrame. Para ello, harán una evaluación rápida del impacto ambiental y de los riesgos inmediatos e identificarán las prioridades inmediatas, la igual que las de mediano y largo plazo para mitigar los impactos.
Además, brindarán asesoría técnica para reducir el riesgo de futuros desastres por derrames de crudo en el océano y elaborarán recomendaciones metodológicas y regulatorias.
La Oficina de Coordinación Residente de la ONU en Perú coordinará la misión liderada por la Unidad Conjunta de Medio Ambiente y conformada por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.