Una princesa del pop, que por primera vez pisó tierras tapatías, refrendó anoche su lugar en la realeza musical ante 13 mil tapatíos que ni el frío sintieron una vez que Britney Spears apareció en el escenario, pues si algo sobró en su espectáculo fue color, energía y tecnología, que dejó poco espacio para la nostalgia y el recuerdo.
Fueron las canciones de sus más recientes álbumes las que armaron el repertorio, que dejó ver y escuchar la modernidad de la artista con canciones como Big fat bass, a dueto con Will.I.Am. quien apareció en la pantalla de alta resolución al fondo del escenario e hizo retumbar el pecho de los presentes con los bets que confeccionó para Britney, siendo ésa una de las parte más electrónicas de su Femme Fatale Tour, aunque todas las canciones presumieron arreglos modernos y una ejecución en playback.
Bailarines, escenario y la princesa del pop estuvieron siempre coordinados en vestuario, que la artista aprovechó para mostrar su figura y condición aun a los 30 años que cumple hoy viernes. Lució al menos 10 ajustados trajes que dejaban al descubierto sus piernas y pecho, mas no el abdomen.
Mientras la pantalla estelar robaba la atención con imágenes de los respectivos videoclips de las canciones, las dos ubicadas a los costados mostraba lo ocurrido en el escenario: extravagantes coreografías, colosales andamiajes, luces, pirotecnia, color y una cantante estelar que recibió a varios fans que subieron a bailar alrededor de ella.
«¿Cómo se sienten, Guadalajara? No los escucho» fue una de las pocas intervenciones que Britney tuvo a lo largo de la hora y media que duró su concierto, que vistió con bailarines caracterizados de policías, egipcios, hiphoperos y hasta ninjas, que brillaron junto a los tres vehículos que adornaron el espectáculo.
«¡Gracias, chicos, son maravillosos!», se despidió tras haber interpretado Hold it against me, Piece of me, Womanizzer y algunos de sus viejos éxitos como Don’t let me be the last to know, que interpretó desde un columpio gigante y la elevó al tope, Give me baby one more time y Slave for you.
Pero las luces volvieron a encenderse y regresó Britney con un vestido corto de mangas holgadas estilo oriental para continuar con Toxic, estilo remix, y despedirse, ahora sí, con Till the worlds ends montada en una estructura que la elevó y colocó un par de extensas alas, mientras llovía pirotecnia a sus espaldas, coronando así su debut en la perla tapatía con el público a sus pies.