La Secretaría de Salud del Gobierno del Estado señaló que los niños y los ancianos son las personas más vulnerables a sufrir infecciones respiratorias agudas e influenza en esta temporada invernal, por lo que pidió tomar las medidas preventivas que viene recomendando para evitar que enferme este importante sector de la población.
El secretario de Salud, Agustín Lara Esqueda dijo que la población con mayor vulnerabilidad a enfermarse en esta época de frío son los niños y niñas nacidos con bajo peso y prematuros; los menores de cinco años y con mal estado de nutrición; los infantes sin vacunas o dosis incompletas; los niños y niñas que no han sido amamantados y los que tienen contacto con enfermos de infecciones respiratorias agudas.
Asimismo, los ancianos, las personas expuestas a la contaminación por humo y a cambios bruscos de temperatura son también los más vulnerables a padecer alguna infección respiratoria y la influenza.
Recordó que a pesar de que en 2011 se han registrado 36 mil casos de infecciones respiratorias agudas menos que en 2010, es necesario prevenir estas enfermedades por lo que hay que abrigarse bien, consumir frutas y verduras y taparse la boca antes de salir de un lugar caliente para evitar la aspiración de aire frío y contraer alguna enfermedad pulmonar o respiratoria, así como lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, cubrirse la nariz y boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interior del codo al toser o estornudar y aplicarse la vacuna antiinfluenza.
El funcionario estatal mencionó que estas enfermedades son causadas por el contacto con personas enfermas, ambientes contaminados y cambios bruscos de temperatura, de ahí que recomienda evitar también tales situaciones para mantener la salud.
Dijo que en caso de presentar los primeros síntomas de infección respiratoria aguda, como fiebre, tos, dolor de garganta y escurrimiento nasal, hay que acudir a la unidad de salud más cercana, no automedicarse y consumir abundantes líquidos, ya que así se pueden evitar complicaciones como fiebre, aleteo nasal, cambio de coloración en los labios (cianosis), respiración rápida o dificultad respiratoria (respiración ruidosa) y hundimiento del pecho y/o de la piel entre las costillas.