EL ARCÓN DE HIPATIA
Por. Saraí aAguilar
“¿Cuántas manifestaciones en contra del gobierno ha habido? ¿Cuántas veces han llenado el Zócalo para protestar en contra del gobierno? Se ha llenado el Zócalo, ¿eh? como en tres veces, dos ocasiones, porque por la pandemia no. Lo han hecho las mujeres, pero eso es una lucha no en contra del gobierno. Sí, también en contra del gobierno y en defensa de sus derechos legítimos”.
Con esta frase, Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia matutina de prensa del pasado 6 de julio, parecía ser otro presidente. No el mismo que el 9 de marzo de 2021 hablaba de que era violenta la forma en que algunas mujeres se manifestaban y afirmaba que “ante una causa tan noble que es la defensa de los derechos de la mujer, no llenan el Zócalo, porque hay muchas mujeres, millones de mujeres que defienden la causa de la igualdad de las mujeres, pero ¿de esa manera? ¿de esa forma?”.
Esto podría pasar como una de las contradicciones tan comunes, si no es que implica una fuerte carga de cómo la agenda feminista es considerada solo como piedra de toque político, no por las mujeres, sino precisamente por los políticos que no tienen problema en la lucha por la igualdad cuando los señalados no sean ellos mismos. De lo contrario, si sirve para el golpeteo de adversarios, es correcto.
Porque la gestión del actual presidente se ha caracterizado por cualquier cosa, menos por ser feminista.
Desde un principio ha estado caracterizada por golpeteos a los refugios de mujeres, a las guarderías de tiempo completo y a la desaparición del seguro popular que atendía enfermedades catastróficas tales como cáncer de mama y cervicouterino.
Pero si esto no es suficiente, tan solo en los tres primeros años del actual sexenio, delitos como feminicidio, homicidio doloso, violación y violencia familiar han registrado incrementos nunca vistos.
De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el feminicidio, que es la forma más extrema de violencia contra la mujer, rebasó por primera vez las mil muertes en un año. En 2021 se reportaron mil 4 feminicidios, la cifra más alta desde el 2015, año desde el cual tiene registro el SESNSP (Expansión 2022).
En el tema del desmantelamiento de instituciones, el 31 de diciembre de 2021, el presidente eliminó el Instituto de Desarrollo Social (Indesol), pero “sin la certeza de cómo funcionará el principal programa que tenía a cargo llamado Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF), dedicado a financiar las unidades estatales para atender a las mujeres víctimas de violencia en los estados, y el financiamiento a refugios, en un país donde ocurren 11 feminicidios cada día”. (Animal Político).
Y aunque se alardeó mucho del incremento del Anexo 13 como un “presupuesto histórico, con 75% más recursos para 2022”, el aumento no es para disminuir la brecha de género ni nada similar. Pues el presupuesto asignado se dirigió a los programas sociales promovidos por el presidente. El 89% del presupuesto irá a Pensión para Adultos Mayores, Sembrando Vida o las becas Benito Juárez, etc.
Pero al parecer estos reclamos son el tipo de activismo feminista que al presidente no le gustan.