COLIMA.- En el tema de cultura de paz, dijo Carlos Morales Hendry en entrevista, es importante que todos entendamos lo importante que somos; en el caso de los docentes, por ejemplo, “deben hacer un esfuerzo enorme por enseñarles a los estudiantes a no eludir el tema, sino a debatirlo; no esconderse del tema, porque éste lo vamos a tener presente mucho tiempo. Hay que aprender a convivir y debatir sin que se sienta que existe agresión personal, porque este proceso de paz lo vamos a construir todos juntos. Nos tomará generaciones, pero lo vamos a construir entre todos”.
Morales Hendry, doctor Honoris Causa por la Universidad de Colima, vino a la UdeC este miércoles 10 de agosto para dictar la conferencia “Cultura de paz en las Universidades”, en la que compartió su experiencia en este tema desde su labor como investigador, como docente y alumno.
Para él, el esfuerzo que debemos hacer por construir una cultura de paz, además de ser necesario, vale la pena. Y no sirve de nada huir del país, porque fuera uno siempre será extranjero, dijo; “en cambio, en tu país no eres extranjero sino una persona que puede aportar desde la prensa, la docencia, el cura, el dentista, todos podemos aportar. Tengamos fe, echemos para adelante y algún día vamos a salir de esto; todos tenemos no sólo la posibilidad sino la responsabilidad de estar pendientes del problema de la paz”.
En cuanto a lo educativo, dijo que las escuelas y universidades siguen trabajando con sistemas desarrollados hace más de 50 años; “desde 1968 no se ha dado ningún cambio importante; entonces, necesitamos replantear lo que es la enseñanza universitaria, volverla algo tan atractivo que ningún estudiante se pueda dar el lujo de no ir a la universidad”.
Recordó también la relación de más de 20 años que tiene con la Universidad de Colima a través de ISTHMUS, Escuela de Arquitectura y Diseña con sede en Panamá, y con la cual la UdeC trabajó en un posgrado en arquitectura bioclimática famoso en toda América Latina, al que acudieron las arquitectas y arquitectos más destacados del mundo y que incluso llegó a tener lista de espera; “hoy, por el valor del dólar nuestros países están en imposibilidad de enviar gente, por lo que se hace a distancia, lo cual es una lástima”.
Con la Universidad de Colima, comentó, “más que ser amor a primera vista, se trata de amor después de 20 años, lo que tiene mucha más gracia”. Con esta casa de estudios, agregó, “seguimos muy contentos trabajando juntos en lo que podamos y esperamos poder hacerlo durante muchos años más”.
Sobre la contribución de la arquitectura para disminuir la violencia en las sociedades, dijo que “lastimosamente, la respuesta arquitectónica a mucha de esta violencia ha sido más rejas, más guardaespaldas, en lugar de agruparse, de la defensa colectiva. Cada uno quiere tener su casa muy protegida en lugar de hacer un esfuerzo común para poderse defender, para establecer unas normas colectivas de defensa. Debemos hacer un esfuerzo por replantear lo que es la vivienda, porque la vivienda es paz, implica paz. El afán de todo mundo es tener vivienda propia, y cuando lo logra, se siente más el ambiente de paz en esa familia”.
Finalmente, a las y los estudiantes de arquitectura les pidió “mucho ánimo, cultiven la discusión, el debate, la amistad y la exploración para poder encontrar cosas. No hay nada más grato para un estudiante que investigar y encontrar algo, en lugar de que se lo cuenten. Necesitamos que profesores y estudiantes se dediquen a la exploración, a la investigación, a gozar con la escuela, a gozarla, y que se diviertan, ya que gran parte de su vida la pasan en una institución educativa”.