La UNAM, a través de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad Juriquilla, cuenta con la nueva Unidad de Investigación en Órtesis y Prótesis, en la que forma a profesionistas, quienes además de atender a pacientes llevan a cabo desarrollos tecnológicos y estudios sobre nuevos materiales y técnicas para estos dispositivos.
De acuerdo con la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), en nuestro país se efectúan aproximadamente 75 amputaciones diarias; es decir, más de 25 mil personas al año sufren la escisión de alguna de sus extremidades.
Además, el número de ortesistas y protesistas en nuestra nación es bajo. En 2016 se calculaba que había menos de 300 de estos especialistas y representaban 15 por ciento de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, de acuerdo con la ANMM.
“Desde la creación de la Licenciatura en Órtesis y Prótesis (2019) teníamos claro que además de contar con el enfoque clínico, permitiera a los alumnos ser capaces de diseñar y crear tecnología. Por eso tiene esta parte importantísima de diseño y manufactura. Es decir, los alumnos necesitan el sustento teórico, pero también saber meter las manos”, explicó el secretario General de la ENES Juriquilla, Jesús Manuel Dorador González.
La Unidad con esta triple vocación -docencia, investigación y asistencia social- es única tanto en México como en América Latina, aseguró la responsable de la Unidad de Investigación en Órtesis y Prótesis, Alina Jiménez Solórzano. Allí labora un equipo multidisciplinario -de nueve personas- con expertise en diferentes áreas.
Actualmente tienen una lista de espera y se trabaja en la conformación de grupos de pacientes, quienes son atendidos por los alumnos y docentes de la Licenciatura en Órtesis y Prótesis, de la ENES, a partir de las diversas asignaturas que cursan.
“Su apertura ha despertado mucho interés, por tener la posibilidad de acceder a este servicio tan importante; hablamos de que se realizan alrededor de tres amputaciones por hora en el país”, agregó Jiménez Solórzano.
Con ella coincidió Dorador González al señalar que en México hay aproximadamente un millón de personas que requieren prótesis y cinco millones necesitan alguna ayuda ortésica. “Es una población enorme la que se tiene que atender”.
Una órtesis es un apoyo o dispositivo externo aplicado al cuerpo para modificar los aspectos funcionales o estructurales del sistema neuromusculoesquelético.
En tanto, una prótesis es una pieza o aparato que se coloca en el cuerpo para mejorar alguna de sus funciones o con fines estéticos. Una ortopédica reemplaza un miembro del cuerpo, cumpliendo la función de este.
Jiménez Solórzano detalló que la población de adultos que requiere alguno de estos dispositivos es, principalmente, porque padece enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, mientras que en los niños se relaciona más con procesos de malformación o cáncer. En ambas poblaciones hay también quienes los requieren derivado de accidentes.
Evaluación y conocimiento integral
Alina Jiménez Solórzano añadió que son sometidos a una evaluación completa, toda vez que se les realizan valoraciones ortoprostéticas, neuropsicológicas, de biomecánica, fisioterapia, así como un estudio socioeconómico. Además, reciben preconsulta en la que se les explica el proceso de tratamiento y se valora la necesidad médica del dispositivo.
Alejandra Santos Borráez, académica de la ENES León, apuntó que en la Unidad los estudiantes integran los conocimientos multidisciplinarios que reciben a lo largo de la licenciatura: la parte clínica, técnica, de mecatrónica, así como de manufactura avanzada y fisioterapia.
También aprenden el método tradicional para elaborar las órtesis y prótesis -que consiste en tomar un molde al segmento corporal afectado del paciente-, así como los procesos modernos a partir de un escáner y software.
“Es muy importante que los estudiantes tengan ambos conocimientos, porque podrían trabajar en espacios donde no cuente con esta tecnología”, aseveró la especialista universitaria.
Luego de tomar el molde y modificarlo, los alumnos obtienen lo que llama “el molde positivo”, en el cual realizan nuevas modificaciones, según el nivel de amputación. Posteriormente, efectúan el proceso de termoformado de las piezas en el que utilizan un horno infrarrojo y plásticos como polipropileno y polietileno.
Después, cortan y diseñan la ortesis o la prótesis y en la sala de máquinas complementan el acabado de las piezas y cuidan que los bordes de los dispositivos no lo lesionen.
Quienes solicitan una prótesis también se someten a un tratamiento preprotésico, con el objetivo de prepararlas multidisciplinariamente para adaptarse al dispositivo, a fin de que puedan realizar un buen vendaje y reciben terapia de sensibilización en su muñón. Una vez terminado, se seleccionan moldes para hacer un “socket de prueba” con el que se evalúa la estática y el equilibrio.
“En el área de Fisioterapia tenemos equipos que nos permiten ver cómo evoluciona el paciente y los cambios que requerimos hacer en la prótesis como en la terapia, en el entrenamiento de la marcha. Es enseñar al paciente a caminar adecuadamente. Por ejemplo, hay aparatos que nos ayudan a mejorar su postura”, detalló Santos Borráez.
En Mecatrónica los estudiantes trabajan en crear nuevos dispositivos. Esta es un área que se busca impulsar fuertemente, ya que los componentes de las prótesis son importados, lo que eleva su costo.
“También es importante que desde la licenciatura se trabaje en los perfiles de los egresados, a lo que se van a dedicar profesionalmente y no solo es la parte clínica, sino la investigación y la creación de nuevas soluciones”, recalcó la universitaria.
Jesús Manuel Dorador González abundó que para el desarrollo de tecnologías y diversos estudios se trabajará con diferentes entidades de la UNAM y con otras instituciones de la zona de El Bajío del país.
“Estamos por recibir, muy pronto, a estudiantes y profesores de la ENES León, del área de Fisioterapia, así como de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, pues vamos a abordar muchos aspectos de manera colaborativa, para que los alumnos de distintas especialidades y diversas licenciaturas puedan formarse en estas áreas”, sostuvo.
Además, se planea impartir actividades de educación continua -cursos de actualización, diplomados sobre nuevas técnicas- para protesistas y ortesistas, así como para médicos cirujanos u ortopedistas para conocer cuál es la mejor forma de aplicar una cirugía, a fin de que posteriormente el paciente use una prótesis.
“Este es un trabajo transdisciplinario y por ello es muy importante la comunicación y tener las puertas abiertas a dependencias de la UNAM y de otras universidades”, afirmó el profesor y funcionario universitario.