COLIMA.- Bruno Guedea Fonseca, egresado del Instituto Universitario de Bellas Artes (IUBA) de la Universidad de Colima, acaba de obtener una beca completa para estudiar la Maestría en Música en la Escuela de Música Eastman, ubicada en Rochester, Estados Unidos, donde también impartirá clases, así como en la Escuela Comunitaria de Eastman.
Guedea Fonseca, quien estudia actualmente en la Escuela de Música Te Kōkī, Victoria University of Wellington de Nueva Zelanda, compartió en entrevista su pasión por la música y cómo ésta lo ha llevado a buscar oportunidades en distintas partes del mundo. Por ejemplo, para estudiar la maestría envió audiciones a diez universidades de Inglaterra, Holanda y Estados Unidos.
Aunque en la mayoría de las universidades fue aceptado, tomó la decisión de asistir a la Escuela de Música Eastman, donde iniciará clases en agosto: “Además de ofrecerme una beca completa, me ofrecieron una posición para ser maestro de guitarra de otros programas y dar clases en la escuela comunitaria; esto me ayudará al pago de renta y comida y aportará en mi formación”, precisó.
Compartió también la forma tan peculiar en que descubrió que la guitarra sería su vocación: “Quería ser abogado, biólogo o psicólogo; siempre pensé en una carrera de este tipo, pero no en Música, porque comúnmente se la ve como un hobby; mi papá, un día, me dijo: ‘Oye, siempre tienes la guitarra en la mano mientras buscas carrera’; ahí me di cuenta de que la Música siempre estuvo en mi vida y que me interesaba una carrera en ella”.
Para Bruno Guedea fue un momento decisivo, pues dejó de estudiar en el Bachillerato Uno para incorporarse al del IUBA; “en ese momento tomaba clases con Simone Iannarelli, con el cual estoy agradecido, porque descubrí que sí puedo hacer carrera en la Música; también el apoyo de mis papás fue fundamental para entender que la Música no sólo es un hobby”.
El Instituto Universitario de Bellas Artes (IUBA), continuó, “me dio una base sólida sobre la cual seguir construyendo una carrera, y el conocimiento de mi maestro sobre la música me inspiró; aparte de esto, las materias como coro, armonía, piano complementario y solfeo e historia de la música me dieron una base muy buena, porque cuando llegué a Nueva Zelanda, al revisitar algunos conceptos, ya me encontraba familiarizado, sólo consolidé el conocimiento previo”.
“La música no es muy valorada, pero está en todas partes: en el supermercado, en las películas, en el elevador… sin la música, los sentimientos no se transmiten de la misma forma; así, ser músico también es una profesión y podemos lograr nuestros objetivos. Sin los músicos, el mundo sería muy desabrido”, aseguró.
Por último, agradeció a sus maestros y maestras del IUBA, pues fueron el pilar de su carrera: “Sin ellos, no tendría la formación que estoy construyendo”, finalizó.