EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA
“Por mí, que vendan calzones o Avon; son mentirosas y deudoras….” Esa es la respuesta indolente que lanzó la exatleta, hoy titular de la Conade, Ana Guevara.
La también exsenadora por el Partido del Trabajo, aliado del oficialista Morena, decidió arremeter contra las nadadoras que ganaron medallas en el reciente mundial de la especialidad en Egipto.
Nuria Diosdado y otras integrantes del equipo mexicano de nado artístico han acusado que desde hace varias semanas no reciben sus becas y viáticos para las competencias, y sus entrenadores tampoco reciben sus salarios, debido al conflicto interno en la Federación Mexicana de Natación. Debido a esto, han tenido que vender trajes de baño para cubrir sus gastos.
Más allá de la polémica por los 40 millones de pesos que supuestamente se les han dado en apoyos a las deportistas, según alega la funcionaria con prepotencia, el presidente salió a matizar los comentarios de Guevara, aceptando que “Anita hace el caldo gordo” y “contestó mal”, no sin raspar a la prensa catalogándola de vendida.
Al margen de la disputa actual, es altamente cuestionable que en el gobierno cuyo lema ha sido “primero los pobres”, una funcionaria utilice como algo denigrante o a manera de insultos el hecho de “vender Avon, Tupperware o calzones”. En un país donde las mujeres que trabajan en la economía informal son más vulnerables a vivir en situación de pobreza, sin embargo, su labor contribuye diariamente con más de 9 millones de pesos a la economía del país, según cifras del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN). Así, las palabras de Guevara resultan altamente discriminatorias.
Si vamos por porcentajes, hasta el 60% de las mujeres que laboran lo hacen en trabajos informales. Al corte del primer trimestre del 2022, se observó que 6 de cada 10 trabajadores en el país no tiene acceso a instituciones de salud, por ejemplo, ya que trabajan en la informalidad. Esto, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.
Y si gusta más datos la exsenadora y exatleta, con gusto se le proporcionan: Ese sector que ella desprecia representa más de 4 millones de personas. De acuerdo con el Estudio de Mercado de la Venta Directa 2020, realizado por la Asociación Mexicana de Ventas Directas, el 75% de las personas que se dedican al comercio por catálogo son mujeres y 7 de cada 10 son amas de casa. (El Economista).
Debería “Anita” (como la llama paternalistamente el presidente) entender que no hay vergüenza en vender Avon. Vergüenza le debe dar al gobierno no generar empleos formales. O peor aun, tener irregularidades por 377 millones de pesos del presupuesto y que la Auditoría Superior de la Federación “te cache”. Y en eso ya sabemos quién tiene carrera larga.
Columna Publicada con la autorización de Saraí AGUILAR ARRIOZOLA